El dramaturgo y director de la compañía teatral Atalaya, Ricardo Iniesta, Premio Nacional de Teatro en 2009, ha asegurado hoy que la cultura sobrevivirá a la crisis y a los impuestos que la gravan, al entender que "no puede desaparecer algo que viene desde las cuevas en la prehistoria".

En la presentación de la obra "Madre Coraje", que esta noche se representa en la segunda jornada del Festival de Teatro de Otoño de Cartaya (Huelva), Iniesta ha reconocido los problemas que las compañías tienen para salir adelante en la actualidad, pero ha señalado que no se puede terminar "algo que empezaron a hacer en las cuevas prehistóricas, al impregnarse las manos o hacer rituales, que eran cultura ancestral".

Y es que, Iniesta cree que "pasarán milenios y la cultura seguirá viva", y que "desaparecerá la moda, la política, la economía, nombres de empresas o países, pero la cultura seguirá viva mientras haya un solo espectador que se emocione ante un actor".

El director de la compañía española, que acaba de cumplir 34 años de edad, ha destacado, precisamente, el trabajo que ha realizado, "que en una edad para una persona equivaldría a más de 100 años, aunque al mismo tiempo tenemos la juventud de los jóvenes que entran, eso nos produce mucha dosis de adrenalina de nuevo".

Y es que, según ha señalado, "se ha ido retroalimentando, y ahora mismo en escena vemos cuatro generaciones", y ha destacado de su repertorio que "no hay que quedarse fosilizados, siempre hay que hacer cosas, y no hay que quedarse sin hacer algo sin escuchar al espectador, para plasmar las necesidades humanas y sociales de la gente".

La obra que se estrena hoy en Cartaya está considerada la más importante del dramaturgo alemán Bertolt Brech y uno de los textos teatrales más emblemáticos del siglo XX, con la interpretación como protagonista de Carmen Gallardo, que ya estuvo en el mismo festival onubense el año pasado con "La Celestina".

Ahora, convertida en Anna Fierling, una vendedora de baratijas conocida como Madre Coraje, cuya meta es sobrevivir, lucrarse con la guerra y proteger a sus tres hijos, lleva a escena esta obra que la propia compañía define como "una metáfora de la sociedad en que vivimos, embarcada en una desaforada carrera hacia el éxito, el culto al mercado y el sometimiento con los más débiles".