En la plaza de la Concepción, 4 y el mercado de San Pablo de La Laguna, Herradores, 59, las taquerías Con Limón y Sal se han convertido en punto de encuentro. Huyendo de los tópicos que reducen la identidad mexicana al amarillo, cactus y sombreros, los locales combinan lo funcional con el colorido de esa cultura. El de La Concepción, por ejemplo, lo preside un colorista mural de Diego Rivera, "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central".

Tres mexicanas elaboran sus mejores platos en estas taquerías: Carmen Badillo, jefa de cocina y llegada del D.F.; Paty, de Veracruz, y Romina, de Guadalajara, a partir de productos naturales y frescos con los que construyen paso a paso las recetas tradicionales, lejos del concepto de comida rápida.

La carta incluye desde los típicos tacos, rellenos con distintos guisos, como el cochinita pibill, de cerdo y especias mexicanas sobre uzumo de naranja; al pastor, de pasta de hachote, piña y cilantro; el de pollo en salsa verde con nopales, o el Burrito con sal y limón, esto es, las fajitas marca de la casa.

Nunca faltan maíz, aguacate, cilantro, chile o mole poblano; los antojitos, quesadillas y sincronizadas de pollo son otras delicias que merecen la pena tras un buen surtido de entrantes: totopos con guacamole, queso y salsa pico de gallo, uno de los grandes éxitos.

Las bebidas son otro atractivo, caso de los tequilas y combinaciones de gran solera como el Pancho Villa o la Michelada, una forma muy original de presentar la cerveza helada, con salsa de chile, lima escachada y hielo.