El pasado sábado, con la presencia entre otras personalidades del presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, tuvo lugar la entrega de premios del XXII Concurso de Vinos Embotellados de Canarias, una iniciativa con evidente sabor añejo que organiza la Fundación Canaria Alhóndiga de Tacoronte.

En esta edición, la comarca vitícola que acaparó un mayor número de premios fue la del Valle de Güímar, que se hizo con el primero en el apartado de rosados para Viñas Mesa; el tercero en blancos secos, que fue a parar a Contiempo, y los dos galardones reservados para la categoría de dulces, que acapararon Brumas de Ayosa Afrutado y Brumas de Ayosa Selección.

Por su parte, los caldos de la isla de Lanzarote también obtuvieron sendos reconocimientos en este certamen regional, logrando hasta tres distinciones: un segundo premio en el apartado de blancos secos, que recayó en un Reymar; la distinción que la convocatoria reservaba a los espumosos, de la que se hizo acreedor un Bermejo y también el de los vinos de licor, para un Mozaga 75.

Idéntico número de galardones atesoraron los vinos elaborados en la isla de La Palma, alzándose con un segundo premio en la categoría de rosados, para Vega Norte, así como también los premios correspondientes a los sabores de malvasías, de la mano de Teneguía Malvasía Dulce 2005, y también los vinos de tea, con El Níspero.

La comarca de Abona se vio recompensada con dos primeros premios. De un lado, Testamento Malvasía Dry en el capítulo de los blancos secos jóvenes, y, de otro, Flor de Chasna en el apartado de los blancos semisecos.

La Denominación de Origen de Ycoden Daute Isora se tuvo que contentar con el segundo premio en la categoría de los semisecos, que recayó en gara, mientras de los caldos que presentó al certamen el Valle de La Orotava, sólo Valleoro se alzó con un tercer premio en rosados.

También la isla de Gran Canaria obtuvo un reconocimiento en este certamen, en concreto un tercer premio en la categoría de tintos jóvenes para el caldo Plaza Perdida.

En el acto se hizo entrega del premio Mariano López Arias 2009, un galardón con el que la Fundación Canaria Alhóndiga reconoce la trayectoria personal en la defensa, promoción y protección del sector vitivinícola en Canarias, que recayó en el ingeniero agrónomo Francisco Marín Llopis.