El Motel Empordà, desde el que se impulsó la cocina catalana moderna, ha cumplido 50 años y, para celebrarlo, ha reunido en el Museo Dalí a una treintena de los principales representantes de la gastronomía mundial con el chef Ferran Adrià al frente.

Otros destacados cocineros presentes en la celebración han sido los catalanes Joan Roca y Carme Ruscalleda o la vasca Elena Arzak.

La efeméride ha servido también para la presentación del libro de Miquel Berga "Historias del Motel. 50 años de Hotel Empordà", quien ha destacado que este establecimiento ha dado "forma y contenido a una aventura que ha sido fundacional para lo que hoy se conoce como cocina catalana moderna".

Berga ha compartido protagonismo con Colman Andrews, autor de la biografía de Ferran Adrià y experto en cocina catalana, que ha ofrecido una conferencia sobre las bodas de oro de esta tendencia culinaria.

Todos los cocineros asistentes, bajo la batuta de Jaume Subirós, gerente y jefe cocina del "Motel" desde 1979, han aprovechado esta reunión para ofrecer un homenaje a Andrews por su enorme aportación al estudio de la trayectoria de la cocina catalana.

El homenaje, a petición expresa de Subirós, ha consistido en una foto de familia en la que todos ellos llevaban sus impolutas chaquetillas -en el caso de los cocineros-, americanas -en el de los responsables de sala- y unos gorros con el emblema del motel.

El Motel Empordà abrió sus puertas en 1961, el mismo año en el que arrancaba el minigolf y chiringuito de Cala Montjoi "El Bulli", que con los años fue evolucionando hasta ser nombrado hasta en cinco ocasiones como el mejor restaurante del mundo.

Adrià no duda en reconocer la importancia del papel de Josep Mercader y de su yerno, Jaume Subirós, en la cocina catalana moderna.

"Su papel es equiparable en Cataluña al de la cocina vasca, que puso la primera piedra de la adaptación en España a la Nouvelle Cuisine", ha explicado Adrià en declaraciones a EFE.

Según Subirós, que comenzó como botones y ayudante de cocina en el Motel Empordà, la verdadera revolución culinaria comenzó a partir de 1973, cuando Mercader demostró que la cocina catalana era "mucho más que el mantel de cuadros, el pan con tomate y la butifarra".

Para Subirós, el Motel fue la primera escuela de hostelería, en la que además de cocina y gestión hotelera aprendió la importancia del producto de temporada, de calidad y de proximidad, algo que, desde entonces y hasta hoy, han sido una de las banderas de este establecimiento.

"Ellos han sido como un faro que ha guiado a la cocina catalana. Cogieron ese aire de modernidad que imperaba en la época, pero aportaron a esa revolución la cocina de payés, la más auténtica, la de su entorno próximo", ha manifestado a EFE Joan Roca.

Roca, cuyo restaurante "El Celler de Can Roca" ha sido nombrado recientemente como el segundo mejor del mundo, según la revista Restaurant, ha declarado su "admiración personal y profesional" por la familia Subirós, que desde la muerte de Mercader se ocupa de la gestión del Motel en Figueres y del Hotel Almadraba Park en Roses.