Una DE LAS BEBIDAS más demandadas y apreciadas en estas fechas son las de cierta efervescencia. Encontramos muchos productos gasificados artificialmente que aprovechando la magia de la burbuja, pretenden imitar las grandezas de sus predecesores más complejos, que obtienen su chispa de gas carbónico por una segunda fermentación del vino en botella, la cual nada tiene que ver con la técnica de la gasificación industrial.

Entre los buenos destacan los cavas, los champagnes y los vinos espumosos que siguen el "método tradicional", generalmente así escrito en la etiqueta para hacer más comprensible el producto ante el gran público. Existen ciertas diferencias que distinguen claramente a estos vinos.

Las variedades blancas autorizadas para la elaboración del cava son; macabeo, xarel.lo, parellada, subirat y chardonnay. En tintas encontramos; garnacha tinta, monastrell, trepat y pinot noir, en total 33000 hectáreas de cultivo. Para el champagne, con sus 31000 ha de viñedo situados al noreste de la capital francesa, las tres variedades autorizadas para su elaboración son; la chardonnay como blanca y la pinot noir y pinot meunier como tintas. Debemos destacar en este apartado los champagne denominados "millesimés" o "vintages", los cuales proceden de una sola añada excepcional.

Entre los tipos de champagne, podemos encontrar los "blanc de blancs"; elaborados exclusivamente a partir de la uva blanca chardonnay, resultando muy frescos y vivos. O los "blanc de noirs"; siendo vinos blancos elaborados a partir de uvas tintas, logrando así gran potencial y aroma. Existen también los "rosé", diseñados con un poco más de estructura que los blancos.

En cuanto a su consumo, claro está que la burbuja connota celebración, elegancia, glamour y hasta erotismo..., se trata de uno de los mejores aperitivos. Resultan geniales con las ostras y los mariscos. En función de la intensidad aromática y gustativa del acompañamiento, debe ser un espumoso con más o menos estructura. A medida que aumente la intensidad de la receta, podríamos recurrir a los espumosos de añada o los rosados, permitiéndose acompañar incluso platos a base de aves. Con muchos quesos también maridan a la perfección. De cara a los postres, sería interesante armonizarlos con los semisecos o dulces. La temperatura ideal para el servicio oscila entre 6 y 9 ºC, sin olvidar que se deben presentar en cubitera llena de agua y hielo, en la que conservaremos la botella hasta finalizarla. Para disfrutar de todas sus cualidades conviene utilizar copas esbeltas, en forma de tulipa, con pie alto, evitando siempre las de forma plana. Con el espumoso en mi copa... ¡Salud! y ¡ Feliz Navidad!