El popular Festival de Comida y Vino de South Beach (Miami) encendió ayer sus fogones convertido en la "Superbowl" de las citas gastronómicas de EEUU, un fenómeno de masas que atrae tanto a turistas como a amantes de los placeres de la mesa y el vino.

Un aspecto sustantivo de esta feria, muestra de que la gastronomía es una parcela vital de la cultura de la ciudad, es la diversidad e imaginación de las propuestas que se conjugan. También lo es el exceso, a la postre reflejo de la personalidad de Miami, convertida en un inagotable mosaico de cocinas de todo el mundo.

Los organizadores esperan que cerca de 60.000 personas pasen por los diferentes actos programados del 23 al 26 de febrero.