Entre las degustaciones de jamón ibérico, morcilla o aceite de oliva que protagonizan estos días el XXVI Salón de Gourmets, el cocinero madrileño Chema de Isidro ha ofrecido hoy una demostración culinaria para "comer sin grasa", una propuesta para quien quiera rebajar los excesos de su alimentación.

Autor de "La dieta de la proteína", recientemente publicada, de Isidro ha inaugurado el espacio "Showcooking-Apunto", que acogerá hasta el próximo jueves varias demostraciones culinarias paralelas a las presentaciones de los productos que se exhiben en la feria.

Lo ha hecho con una pincelada de las recetas que propone en su libro, "que no diseña una dieta, sino una guía para cocinar sano y pasarlo bien en la cocina", ha explicado a Efe.

Aunque se declara un fiel amante del aceite de oliva, asegura que "en España lo tomamos en exceso" porque "nos olvidamos -dice- de que en una cucharada hay 90 calorías".

Por ello, plantea el horno como alternativa a la sartén, o sustituir las frituras por un brochazo de huevo en productos como los boquerones rebozados o las alitas de pollo, una técnica "mucho más saludable", en opinión del chef.

Un tartar de buey de mar con mostaza, pepinillo picado y salsa "teppanyaki" -derivada de la de soja y ofrecida por el expositor de Japón, que por primera vez tiene un pabellón este año en el salón- o vinagretas hechas a base de crema de calabaza, zumo de frutas, yogur o "burrata", son otras de sus propuestas.

"Creo que cada día se cocina peor, se ha perdido mucha cultura de cocinar en las casas, tenemos más información y sabemos más, pero no tenemos tiempo, por eso es fundamental que entendamos que, si les quitamos grasa a algunos alimentos, comeremos mucho más sano", asegura de Isidro.

Retirar las pieles al pescado y la carne, utilizar especias o tener cuidado con la sal, son otras de las premisas de la cocina del chef del restaurante Bella Lola, que estudió en la Escuela de Hostelería de Madrid y actualmente imparte cursos de cocina en la librería Apunto.

De Isidro defiende la importancia de "comer productos de temporada", un hábito que, en su opinión, "hay que inculcar a los más pequeños", y que la dieta "no sea una cuestión de estética, sino de salud".

"En los colegios hay que diseñar los menús de cada día y enseñar a los niños de dónde vienen los productos, de una forma divertida para que coman de todo, si hace falta con los ojos vendados", argumenta.