Juan Francisco Hernández Hernández, familiarmente conocido como Paco, refiere con pausa que ya su bisabuelo cultivaba la viña en la zona de la Cruz Santa y que, una vez se cumplía el tiempo de la vendimia, cargaba los odres a lomos de una mula y enfilaba camino hacia los pagos del Sur de la isla. Así era como tras remontar lomas y trasponer las barranqueras llegaba este hombre con su carga a aquellos lugares de la banda de sotavento donde vendía o cambiaba su mercancía, un excelente blanco, tal y como marcaban por entonces las leyes del trueque.

La historia de esta bodega entierra sus raíces en 1827. Desde entonces, las distintas generaciones de viticultores han sabido mantener bien viva la esencia de las tradiciones y, además, han adaptado su pulso vital al paso de las cosechas, incorporando al proceso productivo los adelantos técnicos, pero sin perder la verdadera razón de la identidad.

Así, Paco subraya que toda la viña propiedad de la bodega, repartida ente los 400 y los 700 metros de altura, está plantada según el método tradicional del cordón trenzado. Se denomina así porque la madera vieja, a medida que va creciendo la viña, se va entrelazando una con otra. Con esta práctica no se busca conseguir mucha producción, sino un mejor aprovechamiento el terreno, que es la justificación que tiene este sistema, muy extendido en la comarca que agrupa las explotaciones que se adscriben a la D.O. Valle de La Orotava.

El compromiso de esta bodega con la común historia también se hace notar en los nombres de los vinos. Así, junto al Despunte, que si bien es un concepto que refiere la supresión de la punta de las ramas, para así formar un cordón regular, en este caso se utiliza con la acepción de brotar, florecer, germinar, retoñar...

Bien distintos son los casos del vino llamado Temighar, voz amazigh que hace referencia a la leche de grandeza, o también Bencheque, cuyo significado puede traducirse como el lugar de la planta, que Paco muestra con orgullo.

La uva, que se reparte en siete pequeñas fincas, es mayoritariamente de las variedades listán blanco y negro, aunque también se dan cepas con algo de albillo, marmajuelo, vijariego y tintilla. A partir de ahí, y comprando a pequeños viticultores de la zona, la bodega Juan Dios alumbra sus caldos, que varían según la añada, cubriendo los tintos, un rosado y, sobre todo, el que Paco considera el mejor blanco del mundo, una joya que procede de los racimos de la zona de la Calzadilla.

En la Cruz Santa viven estos brotes donde despunta la herencia de los antiguos.

Dirección: El Natero, 9. La Cruz Santa. Los Realejos

Teléfonos: 922 342 321 626 725 461

e mail: info@despunte.net

Bodeguero:

Juan Francisco Hernández Hernández

Enólogo: El propio bodeguero

Horario y días de visita:

Concertar cita a través del teléfono. Grupos de un número aproximado a las veinte personas

D.O.: Valle de La Orotava