El Celler de Can Roca, segundo mejor restaurante del mundo según la revista "Restaurant", dedicará todos los martes, a partir de hoy, a la formación, para transmitir a todo su equipo "un compromiso muy claro y muy decidido hacia la creatividad", ha explicado hoy su responsable, Joan Roca.

El chef catalán ha participado estos días en Madrid en la VIII Asamblea Euro-Toques, a la que han acudido 300 cocineros para analizar los desafíos del sector, con temas como la salud, el medio ambiente o la integración del personal de sala en el centro de su debate.

Roca ha regresado hoy a Girona para inaugurar la primera jornada de un nuevo proyecto de formación que, el pasado mes de noviembre, decidió que pondría en marcha el primer día que no hubiera reservas en el restaurante.

Así, a partir de hoy, El Celler de Can Roca "pone en marcha toda su maquinaria" para dedicarse a la formación de su equipo y trabajar de puertas para adentro.

"Vamos a dedicarnos a pensar y a dar a nuestros becarios una formación teórica, que también es importante, y para que todo el mundo se sienta comprometido con la calidad, la creatividad y la excelencia", ha señalado.

Y es que para el chef, que regenta el restaurante -tres estrellas Michelín- junto con sus hermanos Jordi y Josep, "la imaginación" es una de las claves fundamentales de su oficio, en especial en un momento de crisis como el actual.

Una semana después de conocerse los galardones que concede la revista "Restaurant", que le ha coronado por segundo año consecutivo como mejor restaurante del mundo por detrás del danés Noma, del chef René Redzepi, Roca asegura que siente "una gran responsabilidad".

"Somos conscientes de lo que representamos, creo que de algún modo somos embajadores de nuestro país, desde el punto de vista de nuestros productos, nuestra cultura y nuestro turismo, pero eso genera una gran responsabilidad porque nuestro trabajo tiene una observación importante por parte del sector y de la gente joven", ha confesado.

Sin embargo, Roca -que en las últimas semanas ha sido también distinguido con el Grand Prix de l''Art de la Cuisine (El Gran Premio del Arte de la Cocina) y el Gorro de Plata del Congreso Nacional de Cocina de Autor de Vitoria-, subraya que "hay que tomar distancia" con los reconocimientos y que "lo primero es disfrutar día a día de tu trabajo".

"Nuestra historia tiene unos orígenes muy humildes; hemos conseguido llegar hasta aquí sin tomar como objetivo principal el reconocimiento, sino disfrutar de esa parte emocional que hace que un cliente venga con el corazón abierto y puedas seducirle con tu trabajo", ha recalcado.