En las tierras dominadas por el jable, en contacto con la uva, las técnicas de cultivo y los tipos de suelo brindan tres propuestas de rutas diferentes.

La posibilidad de conocer un vino desde su origen, acompañarlo en su proceso de crecimiento, transformación y evolución en la bodega, hasta compartir su sabor en una copa supone un recorrido sensorial único que Contiempo recrea para sus visitantes.

En las tierras de Güímar, dominadas por el jable, en contacto con la uva, las técnicas de cultivo y los tipos de suelo se brindan tres propuestas diferentes: la ruta Roja o Moscatel, la más corta, con una longitud aproximada de 280 metros y un tiempo de recorrido de menos de 10 minutos; la Ruta Verde o Vidueño, de 620 metros, que puede cubrirse en un máximo de 20 minutos y cuenta con un desnivel salvado por escaleras, o bien la Ruta Azul o Malvasía, la más larga, con 800 metros, y un tiempo estimado de media hora de recorrido, también con un tramo de escaleras. Además, en el llamado Campo de Variedades, que acoge hasta 40 muestras, se pueden conocer las diferentes clases de uva que se cultivan en Canarias.

El alquiler de bicicletas para recorrer el viñedo o el disfrute con los niños en la zona de juegos son otras alternativas de unas visitas que, como las propias uvas, presentan sus tipos. Así están las autoguiadas, folleto en mano, donde el paseo entre el viñedo y por las zonas visitables de la bodega es gratuito; las guiadas con personal experto, realizando el mismo recorrido que hace la uva, desde el viñedo hasta que se transforma en vino, con una parada en la colección de variedades y visita a las instalaciones de la bodega, incluyendo una degustación al precio de 3 euros por persona, y las audioguiadas, más virtuales, donde mediante un smartphone o teléfono inteligente, también una tableta, se informa de las tres rutas escaneando los códigos QR que se encuentran en los postes indicativos señalizados con colores. El enlace remite a un audio que sitúa al visitante en el punto donde se encuentra, ilustra con curiosidades, explica las variedades, los sistemas de conducción de agua, la geología de la finca...

Para los grupos que deseen terminar la visita con un almuerzo existe la posibilidad de, previa cita, disfrutar de la zona conocida como la terraza del vino.

En Contiempo descubren los caminos que conducen a la raíz del viñedo.