El restaurador Ismael Abassi ficha para sus restaurantes a un "crack" de los fogones, Gonzalo Tamames, que interpreta un recetario de sabores genuinos.

JORGE FONSECA, Arona

Se acaba de inaugurar en Playa de Las Américas (Arona) un estupendo restaurante que une una cocina preeminente con platos salpicados de matices canarios y orientales que abarcan una impecable elección de géneros.

Para este proyecto, el restaurador Ismael Abassi Rojas ha elegido, con ojo certero, a Gonzalo Tamames Ariola para este proyecto y para que se convierta en el chef ejecutivo de sus once establecimientos. Se trata de uno de los mejores cocineros que se han visto en la última década en Tenerife.

Este jefe de cocina se dio a conocer en un coqueto local de Los Cristianos llamado, tímidamente, El Rincón de Gonzalo. Al cerrar las puertas de su local, Gonzalo dejó a su público añorando su larga interpretación de platos insignes, tan deliciosos como memorables.

Sorprende la pulcra línea gastronómica que se ha elegido para este restaurante, pues, la de Gula es una cocina de elaboraciones sencillas con producto de alta calidad, de raíz enteramente tradicional con estudiadas formas modernas. La intención es la de dejar al comensal frente a sabores limpios y deliciosos, alejados de vanguardismos inescrutables.

El uso del salsero es brillante, las vinagretas, frescas; la fusión, presente en algunos platos con sabores japoneses -caso del miso o el teriyaki-, es brillante.

Fabulosos los huevos rotos con gulas (de las que quizás proviene el nombre del local), que nos devuelven a la sencillez de unos huevos fritos quebrados con tenedor, servidos con un salteado de gulas frescas con espuma y chip de papas (un entrante sensacional).

Muy rico es también el solomillo de cerdo marinado 12 horas en civet, una preparación culinaria cuyo componente clave es el vino tinto y especias precisas.

Una estupenda salsa francesa muy apreciada en la cocina catalana, que permite que, ensamblándose bien, en este plato entren también en juego una crema de ajo y dados de piña caramelizada, conjunto que se remata con un toque de cítricos, limón y naranja.

Su paso por restaurantes como Jockey, Akelarre, Chapon Fin, El Bulli y Kabuki avalan el saber de Tamames, un entusiasta perspicaz de la gastronomía, quien hace de Gula un lugar donde comer copiosamente. Si jugamos con los significados de la palabra, no sería pecado alguno, pues lo tradicional se vuelve delicado y prodigioso.