Antes de comenzar la prueba, flotaba en el ambiente, y entre el equipo de apoyo del maestro cortador, la convicción de que Fran Alonso podía superar la marca mundial de Nico Jiménez: una loncha de jamón de 13,35 metros de longitud.

De hecho, en 2009, Alonso, de origen gallego y afincado en Tenerife desde hace años, ya había escalado a los 27 metros, que entonces fueron registrados aunque de forma oficiosa.

Todavía dolorido y contracturado por el tremendo esfuerzo -después de la conversación tenía pendiente acudir al fisioterapeuta-, este hombre perseverante e ilusionado "diseñador" de objetivos vinculados a la restauración, no ocultaba su satisfacción por un logro realmente colosal: ¡30,11 metros! Eso tras casi ocho horas de pulso firme para hilvanar, sin fractura alguna, la "tajada" de una pata de la firma Montesano de casi diez kilos.

Claro que entre el público congregado en torno al bar Dinámico, en la plaza del Charco portuense, el comentario era unánime: decir que se pulverizaba el récord anterior se quedaba corto.

"Comenzamos con algo de nerviosismo; queríamos asegurar el control de todos los detalles y la jueza del Guinness, que se traladó desde Londres, se mostró pronto muy puntillosa", asevera Fran Alonso.

"Por otro lado -añade-, la pieza de jamón era excelente en morfología, pero quizá mejor para comer y algo complicada para lidiar, ya que debía sacar el máximo partido a una muy delicada técnica de corte lateral, unida a la de dar la vuelta a la pata, que requiere gran precisión".

De cualquier forma, Alonso confiesa que en todo momento fue consciente de que el récord Guinness estaba perfectamente a su alcance y, es más, considera que no asumió riesgos innecesarios porque, de esa manera, tendría asegurada su segunda marca mundial -la anterior en 2010, de resistencia, con 18 unidades completas durante 24 horas ininterrumpidas.

Sin embargo, el maestro cortador sostiene que esta experiencia le da el tono necesario para asaltar una marca mucho más osada, pues será a primeros del año 2013 cuando intentará batir en Madrid la longitud establecida en el Puerto de la Cruz y llegar a.... ¡40 metros! "Ahí sí es verdad que arriesgaré todo lo necesario para superar lo conseguido hasta ahora".

Alonso se acuerda en estos momentos de mucha gente que le apoya; su madre, su familia y el grupo humano que facilita su cometido: Borja Mesa, Moisés, Claudio o Jarid, que se perfecciona como cortadora.

El recórdman mundial de corte matiza que su futuro inmediato no está encaminado a seguir buscando récords: "Esto es algo así como un máster para mi profesión; es agradable y un reto, pero ya serán otros los que intenten superarlo en el futuro".