Albert Adrià no para en sus proyectos gastronómicos. Tras Tickets y 41º se adentra ahora en la cocina nikkei con Pakta, donde la cocina de fusión peruana-japonesa está marcada por su personal sello, y ultima su restaurante mexicano.

La decoración del local, muy cercano a los otros dos que tiene en el Paralelo barcelonés, es acorde a la propuesta de la cocina, de la que Adrià destaca "la secuencia de causas y de nigiris, para comer con dos dedos", a los que ha dado su estilo "para hacer algo diferente" y que al comensal, que espera llegue de todo el mundo, "le merezca la pena", explica en una entrevista con Efe.

También ofrecen ají de gallina, pincho de anticucho (en el que ha sustituido el tradicional corazón por pierna de cordero), ceviches, tiraditos, un plato de bacalao negro -"nuestra versión del famoso de Nobu", apunta- y postres como mochi japonés o picarones limeños "un poco versionados".

"Mantenemos a nivel gustativo la esencia, pero dándole nuestro toque", apunta el excocinero y repostero de elBulli, quien añade que ahora están rodando sus creaciones culinarias en varias sesiones de pruebas y que seguirá, junto a su equipo, trabajando en la carta: "Nos queda mucho trabajo por delante, pero estamos ilusionados".

Aunque tenga su firma, se trata de una propuesta totalmente diferente a sus otros restaurantes. "Cada local, aunque esté firmado por el mismo grupo de personas, tiene que tener su propia personalidad: no es coger una ostra y decir ahora la hago a la española, a la japonesa y a la mexicana".

El precio medio por comensal es de cien euros; "rebajarlo es difícil porque el producto es caro, el sitio es pequeño y trabajamos 15 personas", argumenta.

Y con Pakta hecho realidad, planea para octubre la apertura de un restaurante mexicano. "Estoy luchando para que se llame Yaguar, pero tengo problemas con nombres de empresas, así que en principio se llamará Yaguarcan (casa del jaguar)", anuncia.

Serán un "multiespacio" de 800 metros cuadrados, con un bar para comer de forma más informal para 47 personas, un restaurante con capacidad para entre 49 y 70 comensales y una tequilería, mezcalería y taquería, el sitio "gamberro", con espacio para 40 clientes.

La elección de cocina nikkei y mexicana se debe a que cree que "hay un hueco en el mercado y demanda". "Montar más bares de tapa es difícil, también gastronómicos. Una pizzería o una arrocería pueden ser perfectamente viables y, en cuanto a la cocina étnica, la gente está dispuesta a conocerla".

Y aún queda lo que define como "la guinda del pastel". En septiembre emprenderán las obras de remodelación de 41º, que abrió en 2011 como una coctelería-snackería y que se ha transformado en Experience, un "minibulli" con un menú degustación de alta cocina para comer con los dedos en 41 pases y para un máximo de 16 personas. Allí "cocina y cócteles dialogan".

El nuevo espacio, que abrirá en enero de 2014, será más grande porque el actual se les ha quedado "pequeño para los clientes el equipo". En la planta baja retomará la coctelería y los snaks en una superficie de 200 metros cuadrados y en la superior mantendrá su "experiencia única, la declinación de ''fingerfood'' y cócteles".

Sobre Tickets, el restaurante de tapas creativas que abrió en 2011 y en el que también involucró a su hermano Ferran, señala: "Es un gran transatlántico y ya lo hemos puesto a velocidad de crucero, ha tardado mucho en alcanzarla. Cuando quiere virar necesita muchas millas náuticas pero va a buen puerto. Está estabilizado en todos los sentidos, llenando cada día".

Adrià, que está pendiente y presente en todos sus negocios, desvela la fórmula de su don de la ubicuidad: "Trabajar cinco horas más al día. No paro, pero era lo previsto. También es importante rodearte de un equipo bueno; prefiero rodearme de gente buena que de buena gente".

El chef y empresario recurre al horóscopo para hablar sobre su expansión en tiempos de crisis: "Soy libra y soy pragmático. No me gusta tirar el dinero, pero en esta situación hay que apostar por generar trabajo y salir adelante y la mejor manera es quedarnos aquí y hacer cosas. La mediocridad en este momento no tiene espacio".