En la Isla se producen variedades comerciales de la hortaliza y una pequeña parte de locales o tradicionales. Aunque ya no se exportan, sí existe un pequeño comercio entre el Archipiélago. Cabe destacar que las papas antiguas, la miel, el queso de granja, la carne fresca de conejo o el gofio son géneros que cuentan con el reconocimiento "Tenerife Rural".

"Hay que garantizar que esta materia prima local se ciña a unos estándares de calidad óptimos para su comercialización y una seña de identidad que los hace fácilmente reconocibles por el consumidor", comentó Domingo Ríos, jefe del Servicio Técnico del Área de Agricultura de la Corporación insular, durante el acto de presentación de las primeras cebollas tradicionales de Tenerife avaladas con la marca de garantía Tenerife Rural.

Debido a las condiciones ambientales, en distintas zonas tinerfeñas se pueden extraer cebollas desde los primeros meses del año hasta finales de verano, aunque cada variedad tiene una época óptima y conocerla en profundidad es indispensable para rentabilizar la inversión.

Catalina Tascón, ingeniera agrónoma, detalló que "se acogen a Tenerife Rural las cebollas producidas en Tenerife de las variedades Guayonje, Los Carrizales (alto y bajo), Masca y San Juan de La Rambla", con suficiente "abolengo" entre los consumidores y elogiadas por los chefs. El juego culinario que dan en distintas opciones en los fogones las convierten en géneros muy valorados por los uniformados de blanco.

La marca Tenerife Rural forma parte del conjunto de actuaciones llevadas a cabo desde el Cabildo de Tenerife para la valorización de los productos agroalimentarios, así como para la defensa de la biodiversidad agrícola, ganadera y desarrollo rural.

Se establece un régimen voluntario que permite a los productores o transformadores del campo tinerfeño dar a conocer la calidad diferenciada de sus productos y ofrece a los consumidores la garantía de las características específicas tradicionales avaladas mediante los controles adecuados.

Cabe destacar que el consumidor podrá adquirir con este sello de garantía las variedades citadas, que pueden competir perfectamente con la diversidad comercial, ya que poseen una contrastada calidad organoléptica.

La cebolla, originaria de Asia central, debió introducirse en Canarias después de la Conquista ya que no se han encontrado referencias de la época prehispánica. Su cultivo experimentó un gran auge en Tenerife entre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX debido a la producción de semillas para su exportación a América de las variedades Bermuda (blanca, amarilla y roja) y Cristal Wax; se siguen cultivando en la Isla de modo similar.

Jesús Morales, consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca en funciones, ha indicado que esta iniciativa es "un ejemplo" de las actuaciones que pretende relanzar la institución insular con el objetivo de potenciar el conocimiento de nuestras joyas agrícolas y ganaderas.

"Tenemos que diferenciarnos -apuntó- para poder competir con todo lo foráneo y, de esta forma, no solo propiciar la conservación de lo autóctono sino darles el lustre para que, además de iconos, tengan la pretendida viabilidad comercial".