Saludables, sabrosos, naturales y originales. Esas son tan solo palabras que pueden encajar perfectamente con lo que siente cualquier persona cuando saborea alguno de los múltiples productos de la gastronomía artesanal de La Gomera. La fama de los quesos, almogrotes, vinos, dulces, mermeladas o miel de palma no solo es proverbial, sino merecida. En cuanto a productos alimenticios y a su particular forma de elaborarlos, La Gomera ocupa un puesto destacado en el ámbito de toda Canarias. Todo ello es resultado del buen gusto y buen hacer de sus habitantes y de unas materias primas extraídas de una naturaleza generosa. La buena cocina de la Isla Colombina no solo se nota en los grandes platos, sino también en los pequeños detalles. Ahí está una de sus principales diferencias y rasgos identificativos.

La insularidad ha dado lugar a que hoy por hoy los gomeros puedan sentirse orgullosos de contar con productos propios, que sería imposible encontrar en el resto del mundo. Pero además, tal y como subraya el presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo Curbelo, "también estamos ante grandes oportunidades de negocio gracias a la amplia diversidad de nuestros productos". Entre ellos el almogrote, un sector vitivinícola cuya pureza viene desde hace quinientos años, un revitalizado gofio, miel de palma o la rica repostería. "Debemos aprovechar las ventajas que tenemos y hacer todo lo posible por ampliar la oferta que brindamos al turista", un mercado de grandes posibilidades si se tiene en cuenta que el pasado año visitaron la Isla nada más y nada menos que 600.000 personas.

Desde hace tiempo, el Cabildo ha puesto en marcha la marca Alimentos de La Gomera, actualmente con su propia página web y cuyo objetivo es precisamente defender y dar a conocer la enorme riqueza de la gastronomía de La Gomera. "Hablamos de un espacio virtual que sirve de lugar de encuentro y difusión de nuestra cultura gastronómica y que, como no podía ser menos, ha sido impulsado por el Cabildo", dijo el presidente. Curbelo considera que "sin lugar a dudas" la clave de este potencial está en manos de los productores. "Son ellos los principales responsables de ese milagro que da lugar a que la comida de La Gomera haya ganado la merecida fama de saludable, natural y original que en la actualidad tiene", dijo por último.

Y es que efectivamente los productos no son nada sino están en manos de buenos profesionales. Ahí está, por ejemplo, el caso de Aránzazu Álvarez, quien participaba hasta hace poco en una empresa familiar llamada Productos Artesanales Carmita, que en realidad un mercadillo que abría en La Frescura, en San Sebastián de La Gomera. Hasta el mismo momento de decidir el cierre, los miembros de esta familia elaboraron mojos, almogrote, miel de palma o mermeladas. Todos ellos se han dedicado tradicionalmente a la agricultura, ganadería y a la venta al público de sus productos. No es extraño, ya que se trata de una sabiduría transmitida de padres a hijos, a lo largo de una larga cadena hasta nuestros días.

"Hasta no hace demasiados años, si se quería disfrutar de quesos, no quedaba más remedio que tener una cabra y alimentarla. Así de simple", indica Álvarez. La comida diaria en gran parte estaba garantizada con la producción propia.