Un espacio de 1.100 metros cuadrados, una bodega con 3.000 referencias, la cocina a la vista del comensal, tres salones para 60 clientes y el buen hacer de los hermanos Sandoval, avalado por dos estrellas Michelin. Así será Coque, que aspira a convertirse en "el restaurante" de Madrid.

Después de 20 años de trabajo en la localidad madrileña de Humanes, donde sus abuelos comenzaron con un modesto bar en 1955, Coque se muda a la calle Marques de Riscal de la capital para cumplir "un sueño muy esperado" de Rafael, Juan Diego y Mario Sandoval, que han invertido sus ahorros para "no atarse a nada ni a nadie", han dicho hoy durante la presentación.

Abrirá sus puertas en julio, en el local que ocupase la conocida discoteca Archy, desocupado desde hace nueve años y medio -"nos estaba esperando", dicen los hermanos- y de cuya remodelación se encarga el arquitecto Jean Porsche con la sostenibilidad como hilo conductor.

"No venimos a Madrid para tener más éxito, sino para tener la mejor oferta para nuestros clientes. No queremos que sea un restaurante más, sino el restaurante, que no se parezca a nada", apuntaba el sumiller, Rafael Sanvodal, que contará con una bodega en forma de coliseo para albergar las 3.000 referencias, unas 30.000 botellas, que atesora, la mayoría de pequeños productores desconocidos, además de su colección de vinos viejos.

Será en sus dominios donde el comensal comience la "experiencia Coque". Tras la primera degustación en la coctelería, adonde se regresará para el café o las infusiones, los aperitivos se tomarán en la bodega, con una vid como eje central.

En la cocina les recibirá Mario Sandoval y su equipo, que con el traslado ganan además un espacio de I en el reservado que ocultó de los flashes a Omar Sharif, Prince, Estefanía de Mónaco o Isabel Preysler cuando Archy era punto ineludible de la noche madrileña.

En sus platos ganarán protagonismo los animales que crían en su granja de cien hectáreas en El Escorial, "la despensa del restaurante, donde la genética está al servicio del sabor", con su propio hierro ganadero de reses bravas -"la carne del futuro", dicen-, gallinas alimentadas con bellota y ovejas de Guadarrama.

Tres salones, uno más íntimo con mesas para dos comensales, otro reservado y uno "más social, con mesas más grandes", permitirán a Coque pasar de los 30 comensales de Humanes a un máximo de 60.

"No entendemos la alta cocina para cien comensales, pero tampoco para 15 porque no nos gusta decir que no a nuestros clientes", explicaba Rafael, quien ha apuntado que desde que abrieron las reservas para el nuevo Coque han recibido cerca de 3.000 solicitudes.

Diego Sandoval se ha propuesto dar más protagonismo al servicio de sala, con carros para elaborar algunos platos ante el comensal. "Vamos a tener una atención muy personal al cliente", dice quien trabaja con una psicóloga en un libro sobre cómo aplicar la psicología en este sector de la hostelería.

Con una inversión de 1,5 millones de euros, "toda la ilusión del mundo", el afán de "hacer felices a los comensales" y la aspiración de lograr la tercera estrella Michelin, los Sandoval quieren que esa frase que "tanto" escuchaban a su clientela, "¡Qué pena que estéis tan lejos!", pase a la historia.