El cocinero Serafín Romero, propietario de la tasca Cinnamon de Santa Cruz de La Palma, estará el próximo día 26 de abril entre los veinte finalistas del concurso nacional de tapas, que tendrá lugar en el Salón de Gourmets de Madrid, en el Ifema.

Romero, nacido en Gran Canaria, ha decidido apostar "por una tapa netamente canaria. De otra manera no hubiéramos ido. Vamos con un puré de papas arrugadas, con parrillada de pescado de la zona, espuma de cilantro y crujiente de gofio. Una tapa representativa de las Islas". Y exquisita.

El reto es hacer en media hora veinte platos de esa misma tapa exactamente iguales, que será degustado por el jurado, la prensa especializada y el público asistente, siendo también valorada la limpieza de la zona de trabajo. "Se necesita bastante práctica y mucho ensayo para tenerlo todo controlado al final. Lleva mucho tiempo", apunta Romero. Y es que "con cada cambio que hagamos en la técnica, hay que repetir el entrenamiento entero para ver si estamos o no dentro del tiempo. Todo penaliza, desde pasarte de los 30 minutos a no utilizar la técnica adecuada. Puntúa hasta el orden con el que trabajas", sentencia.

El cocinero de Cinnamon explica que el concurso está patrocinado por una marca de cerveza, por lo que "la tapa en sí, dentro de la elaboración, lleva una parte de la cerveza y luego va marinada con una de las especialidades de esa marca". La idea no es otra que "trasmitir con ese plato y la cerveza cualquier quiosco de playa de cualquiera de las Islas, en el que te puedes comer unas papas arrugadas, con un pescado y una cerveza. Tratamos de simular eso en Ifema y vamos a ver qué tal nos sale. Es una apuesta compleja".

Romero afirma que "el reconocimiento" que supone estar en esta final gastronómica, "nos demuestra que no estábamos tan locos cuando hace unos cuatro años y medio decidimos montar el negocio en la plaza de Santo Domingo, que en aquel momento no tenía ninguna actividad". A propósito, recuerda cómo "todo el mundo decía que un chico que llega de fuera de La Palma y monta un negocio fuera de la Calle Real (arteria principal de la ciudad) está loco. ¡Nos llegaban a dar tres meses de vida!".

El Cinnamon ocupó el local de un antiguo bar de copas, en una plaza emblemática de la capital, pero sin actividad empresarial. Ha sabido ganarse a la clientela con el sabor de sus platos, también su atención, y ahora es un establecimiento consolidado. "Hemos pasado de la Tregua, el bar que había aquí, a cocinar en Ifema, lo que supone el mayor reconocimiento posible. La idea original que traíamos, una cocina con productos de aquí, ha funcionado y eso es lo más significativo para nosotros". A ello se suma el honor que supone "poner el nombre de La Palma gastronómicamente en un evento tan importante".

De todas formas, Serafín Romero piensa a lo grande o, al menos, no se conforma simplemente con participar: "nosotros ya estamos súper contentos con estar en la final, es muy difícil que se fijen en una tapa nuestra con todas las que se presentaron de toda España; eso por sí solo ya es un reconocimiento, pero también digo que si vamos es para hacer todo lo que está en nuestras manos para dejar la tapa lo más arriba posible. Sabemos que habrá mucho nivel, pero creo que nosotros también vamos con mucha calidad de producto y estamos en un buen nivel", avisa.