Gazpacho, consomé, paella de pollo y naranjas con miel fueron los platos elegidos en el taller Día de la cocina española en los comedores de los colegios checos, celebrado hoy en Praga.

Veinticinco responsables de cocina de otras tantas escuelas del país aprendieron a condimentar, bajo la supervisión del chef gaditano Enrique García los ingredientes de esos platos típicos de la geografía española.

Sobre si los niños checos será conquistados por la cocina española, García dijo a Efe que estaba convencido de que sí lo logrará, sobre todo la paella.

Solo con respecto al gazpacho expresó cierta duda, ya que "es un sabor completamente nuevo".

"La mentalidad de aquí es comer siempre una sopa caliente y va a depender (además) de cómo introduzcamos el nombre", explicó García al considerar que el nombre del plato es también un importante factor psicológico.

"En vez de presentarlo como sopa fría, si lo llamamos zumo, el cerebro cambia totalmente de predisposición y se consigue", indicó.

"Me gustó la idea del zumo, porque no sabemos si los niños lo recibirían bien como sopa", señaló por su parte Renata Steckova, jefa de cocina de un colegio de Brno.

El taller fue organizado por la Asociación de Comedores Escolares de la República Checa (ASJCR), órgano sin ánimo de lucro que busca crear la cooperación entre diversas entidades, colegios y empresas, para ampliar los horizontes de los escolares a través de la gastronomía.

"Entre nosotros hay una costumbre cuando el niño vuelve a casa. Se le pregunta por las notas y qué tuvo de comida. Y si se traen un folleto con esos platos típicos, podemos propagar la cocina española de forma amigable", declaró Michal Malat, presidente de la ASJCR.

El plan es introducir días de cocina española en 25 escuelas del país centroeuropeo hacia fin de año y durante el primer trimestre de 2018.

Esta estrategia ya se practicó con las cocinas de Tailandia y Noruega, y en el futuro se proyecta hacerlo con las de México y Francia.