El churro es una de las grandes estrellas de la cocina española, y cada vez más popular en el resto del mundo. En su conquista de Oriente, iniciada hace años por San Ginés, la churrería más famosa de la capital de España con locales en China y Japón, se ha sumado este fin de semana un establecimiento en Catar puesto en marcha por empresarios árabes.

Se llama La Churroría y está situada en las inmediaciones del estadio donde juega el Al-Sadd, equipo catarí en el que están Xavi Hernández y Gabi Fernández y que será sede del Mundial de Fútbol de 2022.

Invitada por los responsables del nuevo negocio, hasta allí ha viajado Joaquina Benavente para enseñar a hacer "churros de verdad" al personal que se va a encargar de preparar este producto.

Joaquina y su marido, Juan Carlos Rodríguez, abrieron hace veinte años la churrería y chocolatería San Vicente en la localidad madrileña de Alcorcón, local que ahora es atendido por su yerno.

Hace unos meses, un empresario catarí con antepasados españoles explicó a Rodríguez sus planes de abrir una churrería en su país de origen y le ofreció la posibilidad de viajar a Doha para enseñar a elaborar el producto.

Él no podía y lo consultó con su mujer, que se mostró dispuesta a ir y el proyecto comenzó a andar con la colaboración de la Embajada de Catar en Madrid, que ha facilitado los trámites.

La inauguración de La Churroría fue el viernes pasado y por el local se pasaron familias dohanas y grupos de españoles que viven allí. Pese a los 26 grados de temperatura que había en la terraza del establecimiento, y eso que se había puesto el sol, los clientes disfrutaron de los crujientes churros.

Vestida de chulapa, Joaquina apenas se pudo separar de los fogones para recibir felicitaciones y no sabe si Xavi se pasó por allí.

"Está siendo una experiencia maravillosa y me tratan como a una reina", explica Joaquina en conversación telefónica con Efe desde el hotel de cinco estrellas en el que se aloja y que ha sido costeado por los empresarios del local.

Joaquina, cordobesa de 54 años y madre de tres hijos, se quedará unos días más en Doha enseñando el oficio de churrera a una aprendiz filipina porque, como ella dice, "en un día no se aprende y se necesita al menos una semana".

Para atraer a los clientes, también ha enseñado a preparar churros en forma de corazones aprovechando que llega el día de los enamorados.

No obstante, confiesa que el secreto de un buen churro está en la calidad de la harina y del aceite, principalmente, y añade que de España se ha traído "una tonelada" de harina y mucho aceite.

Además de ser una persona emprendedora, Joaquina Benavente, expresidenta de Cruz Roja en Alcalá de Henares, no se pone nerviosa fácilmente como lo demuestra su pericia y templanza al salvar varias vidas por sus conocimientos de primeros auxilios.

Por una de esas vidas salvadas fue condecorada en 2015 por la Policía Local de Alcorcón, tras sacar adelante a un cliente que había sufrido un derrame cerebral en su establecimiento.