Tras cuatro matrimonios fracasados, el escritor anglo-indio Salman Rushdie asegura en una entrevista con el diario británico "The Times" que no volverá a casarse ni a tener hijos, aunque no descarta volver a enamorarse.

"No estoy diciendo que no vaya a enamorarme otra vez, pero no hay necesidad de casarse", dice Rushdie (nacido en Bombay en 1947 y con nacionalidad británica), que tiene dos hijos, Zafar y Milan, y que tampoco piensa repetir: "tengo 61 años, ya es suficiente".

El autor de los "Versos satánicos" explica que le cansa haberse convertido en un protagonista de la prensa del corazón por su inestable vida sentimental y sus salidas nocturnas, y lamenta que los tabloides británicos le retraten como un juerguista mujeriego.

"Todo el mundo va a fiestas. La diferencia es que cuando yo voy a fiestas sale en la prensa", afirma Rushdie, quien revela que, pese a su intención de no ampliar su descendencia, el último proyecto en el que está trabajando es un libro de literatura infantil.

Según explica, "cuando escribí mi primer libro infantil mi hijo mayor tenía 11 años. Ahora tiene 29. Tengo otro hijo de 11 años que quiere un libro. Le leí las primeras 15 páginas y le gustó".

El autor se declara fascinado por el éxito logrado por JK Rowling con Harry Potter, sobre todo porque consiguió romper la regla no escrita de que los libros infantiles debían ser cortos.

Rushdie también habla de la proximidad del vigésimo aniversario de la fatwa que dictó contra él el ayatolá Jomeini el 14 de febrero de 1989 condenándole a muerte por escribir los "Versos Satánicos", lo que le convirtió en uno de los autores más conocidos del mundo y le obligó a vivir apartado del mundo.

El escritor afirma que aquella condena fue sólo "el prólogo" de lo que iba a ocurrir después con el fundamentalismo musulmán.

"Todo el mundo tendió a creer que (la fatwa) era un incidente aislado, más que una indicación de algo más grande, se tendió a creer que era mi culpa", manifiesta Rushdie, que lamenta que las ciudades de su vida -Nueva York, Londres y Bombay- hayan sufrido tres de los atentados terroristas más sangrientos de los últimos años.

"Es extraño que las tres ciudades que he querido en mi vida hayan sido objeto de ataques terroristas en los últimos 10 años", dice.

Sobre los recientes atentados en Bombay, asegura que "no hay duda de que fueron obra de Pakistán", y lo considera como "un acto de guerra" de un país contra el que "Occidente debería ser más duro".

Esa falta de contundencia la echa también de menos a la hora de hacer frente a los fundamentalistas islámicos que, en su opinión, se han instalado en el Reino Unido con la complacencia de los sucesivos Gobiernos, tanto los conservadores como los laboristas.

"Este país se convirtió en refugio seguro para todos los grupos extremistas de este mundo. Es de idiotas, de idiotas", dice.