Joshua Thompson es un amante del cine y de las viandas que se despachan en las salas norteamericanas. Pero este ciudadano de Michigan se ha cansado de que las salas hagan negocio a su costa estableciendo precios abusivos para los refrescos, palomitas, gominolas y demás snacks y ha presentado una demanda contra los cines a los que acude habitualmente.

"Se ha cansado de que le timen. Es difícil justificar los precios que son tres y cuatro veces mayor que en cualquier otro lugar", afirma Kerry Morgan de Wyandotte, el abogado del demandante.