Tom Cruise iba para monje franciscano pero su carisma le llevó a triunfar en Hollywood, una industria siempre hambrienta de estrellas donde el actor, que mañana cumple 50 años y se encuentra en pleno proceso de divorcio, se ha convertido en un tótem por el que parece no pasar el tiempo.

Su esposa, Katie Holmes, de 33 años, presentó el viernes pasado la demanda de divorcio, en la que solicita la custodia legal de su única hija en común, Suri, debido, según se asegura desde medios como TMZ.com, a supuestas discordancias en torno a la religión que profesa el intérprete: la cienciología.

La pareja contrajo matrimonio en un castillo de Italia en noviembre de 2006. Previamente, Cruise estuvo casado con la actriz Mimi Rogers y con Nicole Kidman, con quien mantuvo una larga relación de 11 años y con la que adoptó dos hijos.

Amante de las emociones fuertes desde niño, cuando con 12 años hacía piruetas con su primera moto, el ahora maduro Cruise disfruta de la velocidad con los coches de carreras y haciendo giros acrobáticos a los mandos de su avión de combate P-51 mientras no está en los rodajes saltando de un rascacielos por exigencias del guion.

Esa búsqueda de nuevos desafíos le llevó a interpretar a un ídolo del rock and roll en "La era del rock", filme recién estrenado, donde tuvo que aprender a cantar y tocar la guitarra como si fuera Jon Bon Jovi, una tarea que fue para él como practicar "un nuevo deporte", según reconoció en una entrevista publicada en mayo por la revista Playboy.

En la película, Cruise derrocha energía y exhibe físico tanto o más que en "Risky Business", una comedia sobre un joven con ganas de fiesta que en 1983 le situó en el panorama de los veinteañeros más deseados de la pantalla. Su popularidad subió por las nubes tres años después con "Top Gun". A raíz de ese romance militar se enamoró de volar y se lanzó a dar sus primeras clases con el difunto cineasta Sydney Pollack como profesor.