Edouard Vermeulen, el modista belga de la reina Máxima, festejó en Paris sus treinta años en el mundo de la alta costura con un desfile que mostró una elegante colección para el otoño-invierno de 2014 propia de un colorido festival.

"Son 30 años de pasión y de amor por el oficio. Amo la moda", dijo durante una entrevista en Bruselas previa a ese desfile, en el que quedará plasmada la identidad de su firma que marca un estilo hiperfemenino e intemporal.

Conocido internacionalmente por haber vestido a la reina Máxima de Holanda en la coronación de su esposo, Guillermo-Alejandro, el pasado 30 de abril y por haber confeccionado los trajes de novia de varias princesas belgas, Vermeulen tiene tras de sí una trayectoria que le coloca entre los grandes diseñadores europeos.

"En el trabajo es importante la ética, el respeto del producto, del equipo y del cliente, y cuando se puede asociar eso durante 30 años, creo que se tiene la legitimidad para continuar durante los 10 años siguientes", afirma el creador.

Vermeulen ,quien prefiere definirse como modista y no como creador de moda, reconoce que le han hecho falta "30 años para llegar a París", donde fuera del circuito oficial de la semana de la alta costura presenta sus propuestas para el próximo invierno.

Los creadores, según el diseñador, "aportan su estilo pero sobre todo su visión de la mujer, mientras que un modista interpreta una mujer en general. Es un estilo en una casa (de moda), no digo que un diseñador no haga a la mujer estar guapa, pero digamos que un modisto está más en armonía con su clientela".

El rojo acompañado de una paleta de colores que incluye los neutros como el nude, el marfil o los grises de varias tonalidades, combinados con los clásicos negros componen un total de 21 atuendos sobre la pasarela parisina.

"Es un festival de colores, pero siempre centrados en líneas puras, vestidos y abrigos de cóctel, basados más en el volumen que en los bordados, porque pienso que hay grandes nombres que hacen cosas muy bonitas y que cada uno debe tener su ADN. El nuestro es una forma de minimalismo femenino y un poco intemporal", explicó.