Un familiar de las tres españolas que el año pasado destruyeron con tijeras casi 100.000 euros en billetes de 500 y los arrojaron a las cañerías en Ginebra, lo que causó un atasco en los inodoros de una entidad financiera y de tres restaurantes, explicado a las autoridades que el dinero es legal.

El diario La Tribune de Genève, que reveló el misterioso caso que dio la vuelta al mundo en verano pasado, informó hoy de que el dinero pertenecía a una familia de empresarios activa en el sector del turismo y que se trataba de ahorros de su comercio familiar. Así lo habría explicado en diciembre pasado un miembro de esta familia ante la Policía ginebrina.

El hombre se presentó espontáneamente ante las fuerzas del orden y el banco UBS, del que eran clientas las mujeres, para justificar el origen del dinero que investigan las autoridades.

La Policía recuperó 26.000 euros del atasco causado en los inodoros, y el miembro de la familia española ha constatado que en la caja fuerte depositada en UBS y confiscada por la Justicia se encuentran aún varias decenas de miles de euros en sobres y un poco de oro, según la Tribune de Genève.

El hombre explicó que se trata de un ahorro colectivo de varios miembros de la familia, entre ellos las tres mujeres jubiladas que destruyeron los billetes, y que no hay nada criminal detrás.

Documentos apoyarían la versión del hombre, que también niega que se haya querido evadir a la Hacienda española, al menos en lo que le concierne a él, siempre según la misma fuente.

Según el hombre, hace varios años la familia sufrió presiones por parte de una banda de delincuentes en España y por estas amenazas se decidió depositar el dinero en una caja fuerte de un banco ginebrino.

Sigue siendo un misterio por qué las tres mujeres decidieron deshacerse de casi 100.000 euros. El miembro de la familia no descarta la hipótesis de "un movimiento de pánico", un acto irracional de parte de algunos de sus familiares.

Si han actuado por miedo a la entrada en vigor en 2017 del intercambio automático de información bancaria, por haber sufrido nuevas intimidaciones por parte de los gángster en España, por algún tipo de problema de herencia y sucesión o por un reparto disputado sobre los beneficios de la empresa turística sigue sin aclararse.

En cualquier caso, afirma la Tribune de Genève, la Justicia ginebrina parece convencida de que el dinero no tiene un origen sospechoso, al menos desde un punto de vista criminal.

"Las explicaciones dadas permiten descartar la hipótesis de un origen criminal de los fondos" destruidos, señaló al periódico el portavoz del Poder judicial de Ginebra Henri Della Casa.

En Suiza no es delito destruir dinero, pero la Fiscalía consideró que el extraño caso merecía ser investigado.

La familia española indemnizó a los establecimientos que se encontraron sus inodoros atascados por miles de billetes de 500 euros cortados.