Lisbet Palme, viuda del primer ministro sueco Olof Palme, asesinado hace 32 años, ha muerto a los 87 años, informó hoy su familia.

El gobernante sueco fue disparado a quemarropa el 28 de febrero de 1986, cuando volvía a casa sin escolta con su esposa, que resultó herida leve en el atentado, tras ir al cine en el centro de Estocolmo.

Fue ella la que identificó dos años después a un delincuente habitual, Christer Pettersson, como el autor de los disparos.

Petterson, fallecido en 2004, fue condenado a cadena perpetua en 1989, pero absuelto meses después en segunda instancia, en un caso convulso lleno de errores desde el inicio y escándalos que provocaron dimisiones en la cúpula policial y de una ministra.

El asesinato de Palme, figura política de relevancia mundial, fue un trauma para la sociedad sueca, un caso sin resolver, en el que se ha señalado como posibles asesinos, aparte de a Petterson, a la extrema derecha nacional, a la propia policía sueca, a los servicios secretos sudafricanos y al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

A pesar de las irregularidades detectadas en el proceso de identificación del supuesto asesino -un fiscal le contó antes que tenía aspecto de alcohólico-, Lisbet Palme siempre aseguró que estaba segura de que Pettersson era el autor de los disparos.

La policía sueca mantiene en activo a una unidad especial, el "grupo Palme", que sigue trabajando en la que es considerada la mayor investigación mundial de un caso de asesinato.

Psicóloga infantil de formación, Lisbet Palme estuvo casada con Olof desde 1956 hasta su asesinato, y fue presidenta de la sección sueca de UNICEF.