Costa Rica entera se ha movilizado para ayudar a los miles de damnificados por el seísmo del jueves, que ha causado al menos 17 muertos y cien heridos, según informaron ayer los equipos de rescate, que lograron llegar a la zona más afectada. Aún quedan cerca de 50 personas aisladas en pequeños poblados cuyos caminos de acceso quedaron destruidos por avalanchas y corrimientos de tierra y se considera que al menos 56 han desaparecido.

Los equipos de socorro hallaron ayer los cuerpos de tres personas sepultadas bajo escombros en un pequeño restaurante, con lo que el número de víctimas mortales aumentó a 17, según informó la Cruz Roja.

Un portavoz de la Cruz Roja confirmó que tres patrullas terrestres entraron en horas de la mañana a la zona de mayor desastre con perros rastreadores para poder localizar a heridos o posibles víctimas bajo los escombros de construcciones o de avalanchas.

Casi 1.400 personas permanecen en once albergues en plazas, parques, escuelas y salas comunales, pues muchos vieron sus casas derrumbarse por el sismo o quedar sepultadas bajo deslizamientos y 30.000 no tienen servicio de agua potable por daños a los acueductos y una hidroeléctrica cercana.

Además, han sido atendidos casi 100 heridos, 38 de los cuales debieron ser trasladados a hospitales por su gravedad.

Rescate aéreo

Desde el viernes cientos de personas, entre ellas unos doscientos turistas que estaban en un hotel en las cercanías de la Catarata de la Paz, uno de los lugares de mayor impacto del temblor, fueron rescatadas por vía aérea o terrestre, una operación que se esperaba agilizar ayer para llegar ya a los sitios más inaccesibles.

Ayer llegaron tres helicópteros estadounidenses tipo Blackhawk, que fueron despachados desde una base en Honduras, y uno colombiano, facilitados por los gobiernos de esos países para brindar ayuda.

Esta es la única ayuda exterior, más 50.000 dólares suministrados por los estadounidenses, que ha llegado al país tras la petición que hizo el viernes Oscar Arias, que visitó la zona afectada y manifestó que la prioridad es completar las labores de rescate.

El fuerte temblor no causó daños de consideración en San José, pero sí afectó seriamente a los habitantes de comunidades rurales en la zona del volcán Poás, unos 60 kilómetros al noroeste de la capital costarricense.