Israel anunció ayer otra escalada al entrar en la tercera semana su ofensiva en Gaza, donde en las dos primeras ha causado cerca de 830 muertos y anoche se intensificaron los bombardeos y se registraron más matanzas de civiles.

"Residentes de la franja: próximamente el Ejercito de Israel atacará con mayor intensidad los túneles, los arsenales y las actividades terroristas. Para su seguridad y la de su familias, aléjense de los elementos terroristas", rezan miles de octavillas lanzadas por aviones israelíes sobre Gaza.

Escritas en árabe, en las octavillas se recuerda que el Ejército de Israel advirtió por igual medio hace dos días a los habitantes de Rafah -en la frontera con Egipto- que dejaran sus casas porque la zona iba a ser bombardeada, y que "los residentes atendieron la instrucción y los civiles no se vieron afectados por los combates".

La campaña preludia lo que el mando militar israelí califica de la "tercer fase" de la operación "Plomo Fundido", con la entrada en la franja de reservistas para extender los ataques que tras los primeros bombardeos aéreos y navales iniciaron cientos de tanques y miles de soldados de infantería en la segunda semana de ofensiva.

Esa "tercera fase" se abría anoche camino con fuertes bombardeos de aviones y de unidades de artillería sobre varias localidades del norte de la franja y que costaron la vida al menos a catorce personas y causaron heridas a más de quince.

Según fuentes sanitarias, entre las víctimas figuran cinco personas en la población de Yebalia y tres miembros de una familia cuya vivienda recibió el disparo de un tanque en Beit Lahia.

De acuerdo con testigos, otras dos personas murieron por el ataque de un cazabombardero en el campamento de refugiados de Shati, donde Hamas informó de la muerte de un miliciano.

Familias enteras

Las fuentes aseguraron que en la zona asimismo fue alcanzado un destacado miembro del grupo armado Yihad Islámica, que perdió la vida junto a dos de sus hijos.

Las nuevas víctimas civiles se suman a los ocho miembros de una misma familia que murieron por la mañana en la localidad de Yebalia al ser alcanzados por un proyectil lanzado desde un carro de combate.

También antes del mediodía otras quince personas, entre ellas otros siete civiles, murieron y una veintena resultaban heridas por el medio centenar de bombardeos que a esa hora ya había lanzado la aviación israelí.

Más de siete edificios de Yebalia y de la ciudad de Gaza fueron destruidos por esos ataques.

El jefe de los servicios de emergencia de la franja, Moawiya Hasanein, cifró en un total de 36 las personas que murieron en la decimoquinta jornada de la ofensiva, que dejó cincuenta heridos de diversa consideración.

El recuento elevó anoche a 829 el número de muertos y a más de 3.500 el de heridos desde el inicio de las operaciones militares israelíes, de acuerdo con Hasanein.

Aunque el Ejército israelí había permitido esta semana la entrada de ayuda humanitaria para la población civil, los pasos fronterizos de Gaza permanecieron ayer cerrados para los convoyes de auxilio.

Según denunció Chris Gunner, portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados, UNRWA, las autoridades militares israelíes adoptaron esa decisión por tratarse de un "shabat", la jornada santa y de descanso del pueblo judío.

La UNRWA, que abastece con alimentos a más de 900.000 personas del millón y medio de habitantes de la franja, pensaba reanudar hoy sus convoyes tras un cese en sus actividades de 24 horas por la muerte de uno de sus conductores el jueves en un bombardeo israelí.

Pero los camiones con que esa agencia de la ONU pretendía introducir contingentes de ayuda en Gaza -donde la situación humanitaria es crítica- no pudieron entregar la carga.