El primer ministro israelí, Ehud Olmert, confirmó ayer que el Papa Benedicto XVI visitará Israel en mayo, en unos momentos en que las relaciones entre el Vaticano y Tel Aviv están tensas, sobre todo debido a la polémica puesta sobre la mesa por un obispo que niega el Holocausto, aunque el Sumo Pontífice ya ha realizado declaraciones para aclararlo.

"El presidente Shimon Peres le acompañará a varios sitios en Israel", anunció ayer Olmert ante su gabinete en su reunión semanal, tras agregar que espera que la visita de Benedicto "sea conducida en el ambiente apropiado y sea tan exitosa como las visitas anteriores de Pontífices".

Benedicto XVI ya había adelantado el jueves pasado que tenía previsto ir a Israel esta primavera, en momentos en que las relaciones entre ambas religiones están muy tensas desde el 24 de enero, cuando el Papa levantó la excomunión de cuatro obispos tradicionalistas seguidores de Lefebre, así como de todos los sacerdotes seguidores de esa doctrina y de los fieles que les secundaban, en un intento por salvar un cisma que comenzó en 1988 cuando los prelados fueron ordenados sin el permiso del Vaticano.

Uno de los obispos, Richard Williamson, negó el terrible alcance del Holocausto y dudó de la existencia de las cámaras de gas.

Rápidamente, el Vaticano le pidió que se retractase de esas declaraciones y el mismo Papa afirmó que el Holocausto existió, al tiempo que aclaró que se aceptaba a los seguidores de Lefebre en la Iglesia católica sabiendo que todavía tenían errores de doctrina, que se irán aclarando con el tiempo y la formación precisa.

Benedicto XVI, tratando de desactivar la controversia sobre el obispo Williamson, que niega el Holocausto, dijo ayer que "cualquier negación o minimización de este terrible crimen es intolerable", especialmente si proviene de un clérigo.

Así lo puso de manifiesto Benedicto XVI en su primer encuentro con líderes judíos desde que se iniciara a finales de enero la controversia sobre las palabras del obispo tradicionalista Richard Williamson, que aseguró que no hubo cámaras de gas.

Por su parte, el Sumo Pontífice dijo a los líderes judíos: "El odio y el desprecio por hombres, mujeres y niños que se manifestó en el Holocausto fue un crimen contra la humanidad. Esto debería estar claro para todo el mundo, especialmente para aquéllos que se basan en la tradición de las Sagradas Escrituras".

Además, el rabino Arther Schneier, quien recibió al Pontífice en su sinagoga de Nueva York el año pasado, dijo emocionado: "Como superviviente del Holocausto estos han sido días difíciles y dolorosos al encontrarnos con la negación del Holocausto nada menos que por parte de un obispo. Las víctimas del Holocausto no nos han dado el derecho a perdonar ni a los que perpetraron el Holocausto ni a quienes lo niegan", tal y como señaló el rabino.