Una red de espionaje pro israelí fue desmantelada en el sur del Líbano y sus tres integrantes han quedado detenidos, según afirmaron ayer fuentes próximas a los servicios de seguridad del país árabe.

Las fuentes, que prefirieron mantener en reserva su identidad, aseveraron que las detenciones se llevaron a cabo en las últimas horas en las ciudades de Sidón, Jezzin y Nabatieh.

Es posible que este grupo, según las mismas fuentes, esté vinculado con otra red de espionaje que fue desmantelada a mediados de este mes.

En esa red estaban presuntamente vinculados un general retirado de la Seguridad Nacional y su sobrino, que servía en el mismo cuerpo, así como la esposa del primero.

Al parecer, el caso fue transferido el pasado viernes, a la justicia militar, que se encargará de juzgar a los detenidos por haber dado presuntamente informaciones a Israel acerca de sitios civiles y militares libaneses y sirios, así como de Hizbulá.

Por su parte, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman descarta que Siria sea un "verdadero socio" en el proceso de paz en Oriente Medio pues es el "cuartel general" de "grupos terroristas como Hamás y la Yihad" y defiende la necesidad de "aislar" a Irán para detener su programa nuclear.

"La mejor forma de detener el programa nuclear son sanciones duras, muy duras. Por eso el Consejo de Seguridad de la ONU y la Unión Europea deben imponer sanciones más duras y más efectivas. Se debe aislar a Irán. Sólo eso puede dar resultado", según sostiene Lieberman en una entrevista publicada ayer por el diario "Berliner Zeitung".

El ministro critica el apoyo de Siria al programa nuclear iraní así como su "respaldo" al contrabando de armas para la milicia libanesa chií Hizbulá en el sur del Líbano.

Eje del mal

En su opinión, el verdadero "eje del mal" está integrado por Irán, Siria, Corea del Norte y Venezuela.

Lieberman supedita, además, la adopción de nuevas "soluciones políticas" al conflicto entre israelíes y palestinos, a que se den unas condiciones previas de "seguridad, economía y estabilidad".

Apunta que mientras que la prioridad para Israel es la seguridad, para los palestinos lo es el desarrollo económico.

A su vez, alega que "el papel de EEUU, la Unión Europea y Japón no puede limitarse a transferir dinero a las autoridades palestinas, sino que deben invertir en proyectos concretos para crear nuevos puestos de trabajo para los palestinos".