Cuatro soldados británicos murieron ayer en Afganistán, elevando a 157 el número de militares del Reino Unido muertos en el país asiático desde que comenzaron las operaciones militares en el año 2001 para derrocar a los talibanes.

El ministerio de Defensa informó ayer de que los soldados murieron el jueves en incidentes separados en la provincia de Helmand (sur del país), donde se encuentra el grueso del contingente británico. Se trata del peor día para las fuerzas británicas en Afganistán desde el 17 de junio de 2008, cuando murieron otros cuatros soldados.

El primer ministro británico, Gordon Brown, ofreció en abril ante la OTAN el envío de más tropas a Afganistán como refuerzo para el mantenimiento de la seguridad en las elecciones presidenciales que celebrará el país asiático el 20 de agosto.

La oferta es para una ampliación temporal del contingente de 8.000 soldados que el Reino Unido tiene en Afganistán, integrados en la Fuerza para la Asistencia a la Seguridad de la OTAN (ISAF).

Por otra parte, el número de fallecidos en el atentado suicida registrado el jueves en el sur del país aumentó a 18, incluidos dos soldados de la ISAF, según distintas fuentes.

En un comunicado, la fuerza ISAF de la OTAN informó de dos bajas entre sus filas en el atentado, sin concretar la nacionalidad, y cifró en 16 las víctimas civiles causadas por el suicida, que también hirió a una treintena de 30 personas.

El jefe del hospital del municipio de Gerishk, el doctor Muhammad Taher, había confirmado previamente a la agencia afgana AIP la muerte de tres de los heridos ingresados, lo que elevaba a 17 los muertos entre la población por el ataque.

El atentado tuvo lugar en un mercado muy concurrido de la segunda mayor ciudad de la provincia de Helmand, y fue obra de un suicida.