El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, almirante Mike Mullen, afirmó ayer que el Pentágono continúa trabajando en las opciones para cumplir con el mandato del presidente de EEUU, Barack Obama, de cerrar la prisión de Guantánamo en un año.

"Estamos trabajando muy duro para conseguirlo", dijo el almirante en una entrevista en el programa "This Week" de la cadena televisiva ABC.

Mullen respaldó el cierre de la cárcel en la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba) porque, según explicó en la entrevista, "se ha convertido en un símbolo, que ha servido para reclutar a aquellos extremistas y yihadistas contra los que luchamos".

No obstante, Mullen reconoció la dificultad de decidir sobre el futuro de algunos de los detenidos considerados más peligrosos, una decisión que recaerá sobre el presidente Obama.

El pasado 22 de enero, dos días después de asumir su cargo, Barack Obama firmó una orden ejecutiva por la que se decretaba el cierre de la prisión de Guantánamo, ubicada en el sureste Cuba, en el plazo de un año.

El Gobierno tiene que decir si una vez cerrado el penal, los presos, todos ellos sospechosos de terrorismo, serán juzgados por tribunales militares, enjuiciados en tribunales federales en EEUU o detenidos de forma indefinida.

Estados Unidos ha pedido a sus aliados europeos que acojan algunos de los detenidos que considera no peligrosos.

¿Y los detenidos?

En esta coyuntura, el partido republicano ha acusado a Barack Obama de poner en peligro la seguridad del país si los prisioneros son llevados a suelo estadounidense para ser juzgados.

En este sentido, los senadores demócratas bloquearon la semana pasada una partida de 80 millones de dólares para el cierre de la prisión de Guantánamo hasta que la Casa Blanca explique qué hará con los detenidos.