Las tropas de Pakistán tomaban ayer el control de varios puntos estratégicos de la principal ciudad del norteño valle de Swat, Mingora, donde el sábado iniciaron una ofensiva contra los talibanes, informó ayer el Ejército.

En un comunicado, el Ejército de Pakistán aseguró que en las últimas 24 horas, diez insurgentes y tres soldados murieron en distintos puntos del conflictivo valle de Swat, mientras que otros seis militares resultaron heridos.

Según la nota, catorce insurgentes fueron detenidos en Mingora, donde varias importantes intersecciones y plazas se encuentran bajo control del Ejército, incluida la famosa Green Chowk, usada por los integristas para ejecuciones.

De acuerdo con el Ejército, cinco insurgentes murieron en combates en la ciudad, mientras que los otros cinco fueron abatidos en el área de Malam Jabba.

En Mingora, las fuerzas de seguridad se están enfrentando a entre 300 y 400 insurgentes que habrían plantado minas y están utilizando a civiles como escudos humanos, según anunció el sábado en rueda de prensa el portavoz del Ejército, Athar Abbas.

"Hoy (por el sábado) ha comenzado la fase más importante de la operación" contra la insurgencia talibán en el norte de Pakistán, dijo Athar Abbas.

Las fuerzas de seguridad han decretado un toque de queda en la ciudad, aunque muchos de la cifra estimativa de 300.000 habitantes han huido por las operaciones militares desde finales de abril contra los integristas en la división de Malakand.

La batalla por Mingora está considerada por los analistas como clave en la ofensiva militar, que ha causado la muerte de casi 1.100 insurgentes y más de una cincuentena de soldados, según cálculos militares que carecen de confirmación independiente.

La operación de las fuerzas de seguridad contra los talibanes ha causado un éxodo masivo de población civil en Pakistán, que la ONU ha cuantificado en 1.740.000 personas desde primeros de mayo, 200.000 de las cuales se alojan en campos de acogida situados en el noroeste del país.

Pacto de seguridad

Los presidentes de Irán, Afganistán y Pakistán firmaron ayer un acuerdo de seguridad regional durante una cumbre celebrada en Teherán que el mandatario iraní, Mahmud Ahmadineyad, aprovechó para volver a exigir la salida de las tropas de EEUU de la región. "Aunque su presencia se mantiene bajo el pretexto de la estabilidad, en ningún caso contribuye a la desarrollo económico y de la seguridad regional", denunció Ahmadineyad al término de la reunión. Una idea similar expresó su colega paquistaní, Ali Asif Zardari, quien subrayó que "la zona hace frente a diferentes retos, incluido el de haber permitido a las grandes potencias convertirse en nuestros vecinos".