El líder de los conservadores británicos, David Cameron, ha prometido un cambio radical del sistema político del Reino Unido si llega al poder, a fin de restaurar la confianza en la democracia nacional tras el escándalo del gasto parlamentario.

En un artículo publicado hoy en el diario "The Guardian", Cameron aboga por reducir el poder del Gobierno e impulsar el papel de un Parlamento más transparente.

"Tenemos que evaluar seriamente el inmenso poder del primer ministro a través de su capacidad para convocar elecciones cuando quiere", afirma el jefe de los "tories".

"Si queremos que el Parlamento sea el verdadero motor de la responsabilidad, debemos demostrar que no es sólo la criatura del Ejecutivo", subraya el líder del primer partido de la oposición, quien aboga por "una redistribución radical del poder".

El nuevo sistema que propone Cameron se apoya en los pilares de "la descentralización, la transparencia y la responsabilidad", y pretende "quitar el poder a la elite política para dárselo a los hombres y mujeres de la calle".

Entre las medidas que defiende el dirigente conservador destaca la introducción de una duración fija de las legislaturas, de manera que el jefe del Gobierno pierda la prerrogativa de controlar a su antojo la convocatoria de elecciones generales.

Actualmente, el inquilino del 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro, decide cuándo se celebran comicios generales dentro del límite de cinco años que dura un mandato.

El líder conservador también aboga por dar más poder a los diputados en la tramitación de las leyes, así como por divulgar a través del portal de vídeos de internet YouTube las sesiones parlamentarias para acercar a la ciudadanía la realidad del Parlamento.

Con este afán regenerador, Cameron trata de arrebatarle al primer ministro británico, el laborista Gordon Brown, la iniciativa política tras el escándalo del abuso de dinero público por parte de los diputados, que destapó el pasado 8 de mayo el diario "The Daily Telegraph" y que ha causado gran indignación ciudadana.

Este lunes, el ministro de Sanidad, Alan Johnson, considerado posible sucesor de Brown, pidió un referéndum nacional sobre la reforma del sistema electoral, para ofrecer al electorado "una verdadera alternativa radical" al actual sistema.

Johnson propuso ofrecer a los ciudadanos dos alternativas, el sistema actual, donde se elige a un diputado en cada circunscripción y gana el que más votos tiene, y un híbrido entre este sistema y la representación proporcional, donde los partidos obtienen también escaños según su porcentaje de votos.

Sin embargo, Cameron rechazó hoy la reforma del sistema electoral al argumentar que "la representación proporcional quita el poder a los hombres y mujeres de la calle y se lo da a las elites políticas".

El líder "tory" expuso su ideario reformador en un momento en que los sondeos de intención de voto otorgan a los conservadores una ventaja de hasta 20 puntos frente a los laboristas.

La próximas elecciones generales deben convocarse antes de junio de 2010 y todo apunta a que Brown demorará tanto como pueda el llamamiento a las urnas.

El líder laborista tratará de ganar tiempo con la esperanza de que pase la crisis económica, se olvide el escándalo parlamentario y su partido pueda recuperar la popularidad en las encuestas.