Con el lanzamiento de dos nuevos misiles de corto alcance, Corea del Norte respondió ayer a la enérgica condena internacional con que fue recibida su prueba nuclear del lunes y al aviso de una probable resolución de la ONU.

Según la agencia surcoreana Yonhap, el régimen comunista disparó ayer dos misiles de corta distancia en el Mar del Este (Mar de Japón) y prepara nuevos lanzamientos de proyectiles anticrucero "KN-01", con un alcance de 160 kilómetros, en su costa occidental.

El día después del test nuclear que desafió al mundo, estimado por Seúl entre tres y cuatro veces superior a las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, lo pasó el régimen de Pyongyang, además, con amenazas de que está dispuesto para la batalla con el "hostil" EEUU.

"Nuestro Ejército y pueblo están en plena preparación para un combate contra cualquier intento estadounidense de un ataque preventivo", indicó el diario del Partido de los Trabajadores norcoreano, citado por la agencia estatal KCNA.

El lunes Corea del Norte efectuó su segunda prueba nuclear subterránea, que asegura fue más potente que la de octubre de 2006, y ya lanzó tres misiles de corto alcance, lo que, según Japón, le reportará una nueva resolución de condena de la ONU.

La última condena a la postura norcoreana llegó desde Hanoi, donde una treintena de ministros europeos y asiáticos de Asuntos Exteriores clausuró ayer la reunión del ASEM.

El encuentro ministerial concluyó con una declaración conjunta, en la que afirman que la prueba de Pyongyang "constituye una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", mientras que Japón perseguía un comunicado adicional de condena.

El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, aseguró que esa nueva prueba atómica generará una respuesta "como nunca se ha visto" de la comunidad internacional.

"Vamos a tomar medidas de respuesta fuertes como nunca se ha visto, en cooperación con EEUU y las otras naciones que forman parte del diálogo a seis bandas, como Japón, China y Rusia", indicó el presidente surcoreano.

Tanto Lee como el primer ministro japonés, Taro Aso, se pasaron parte del día al teléfono -entre otros con el presidente de EEUU, Barack Obama- para presionar a favor de una respuesta "fuerte" de Naciones Unidas al test nuclear norcoreano, que Tokio cree debe pasar por una resolución "más rígida" que las anteriores.

Por su parte, ministro de Defensa surcoreano, Lee Sang-hee, dijo desde Pekín en un una visita previamente acordada, que coincidió con su homólogo chino, Liang Guanglie, en que la postura de Corea del Norte es fruto de un "mal juicio" y que ello aislará aún más al país, informó Yonhap.

Fuentes diplomáticas de la ONU citadas por la agencia nipona Kyodo señalaron que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido), junto con Japón y Corea del Sur, "han llegado a un acuerdo sobre una nueva resolución sobre la prueba nuclear de Corea del Norte".

Obama, que según algunos expertos sería el blanco de estos últimos movimientos norcoreanos, para atraerlo a unas negociaciones bilaterales, coincidió con Lee y Aso en la necesidad de lograr una respuesta fuerte y unida de la ONU a la crisis nuclear.

Seúl cree que una medida eficaz sería impedir las exportaciones y las importaciones norcoreanas para detener su desarrollo nuclear y de su programa de misiles, ya que Corea del Norte importa casi todos los componentes para desarrollar ese armamento.

La ONU debate ampliar las sanciones a todas las empresas norcoreanas implicadas en el desarrollo nuclear pues anteriores resoluciones afectaron a sólo tres compañías, de una lista de doce, debido a la oposición china.

Llamamiento de Ban

El secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-Moon, hizo ayer un llamamiento a las autoridades de Corea del Norte para que acaten la resolución 1718 del Consejo de Seguridad de este organismo y regresen cuanto antes a la mesa de diálogo.

"En estos momentos, la única opción viable para Corea del Norte de ser un miembro responsable de la comunidad internacional pasa por volver a la mesa de diálogo", afirmó Ban en una rueda de prensa celebrada en Helsinki, donde se encuentra de visita oficial.

El máximo responsable de la ONU reiteró que el ensayo nuclear y el lanzamiento de varios misiles de corto alcance por parte de Corea del Norte supusieron una nueva violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

"Insto a las autoridades norcoreanas a que se abstengan de tomar nuevas medidas que deterioren la situación, creen tensiones en la región y afecten negativamente a los actuales esfuerzos de la comunidad internacional para frenar la proliferación de armas nucleares", declaró.

Ban pidió a los países miembros del Consejo de Seguridad que tomen "las medidas necesarias", aunque no quiso valorar si estas medidas deberían incluir nuevas sanciones contra el régimen de Pyongyang.

"Dejo en manos de los miembros del Consejo de Seguridad el determinar qué medidas se deben tomar", afirmó ante los periodistas.

Antes de ser elegido para dirigir la ONU, Ban trabajó activamente en la desnuclearización de la península coreana, por lo que confesó sentir "una especial responsabilidad" en el conflicto creado por Corea del Norte.

"Aquellas experiencias hacen que me sienta mucho más frustrado por la falta de avances en el proceso de desnuclearización que fue acordado por las seis partes (EEUU, Rusia, China, Japón y las dos Coreas)", declaró.

El secretario general de la ONU realiza una visita oficial de dos días a Finlandia, a invitación de la presidenta del país nórdico, Tarja Halonen.