El líder palestino, Mahmud Abas, voló ayer a EEUU para pedir al presidente Barack Obama que presione a Israel hasta que acepte la creación de un Estado palestino y detenga la ampliación de los asentamientos judíos en Cisjordania. Abas acudirá hoy a su entrevista con Obama con una clara estrategia: acusar al nuevo Gobierno israelí del derechista Benjamín Netanyahu de la parálisis del diálogo en Oriente Próximo y cambiar la tradicional balanza de férreo apoyo estadounidense al Estado judío.

"El viaje consiste básicamente en confirmar al presidente Obama el deseo palestino de aplicar la solución de dos Estados", resumió uno de los asesores de Abas, Saeb Erekat, al anunciar la reunión.

En palabras de Husein Husein, otro miembro del círculo presidencial palestino, se trataría de "preservar" esa fórmula para poner fin a décadas de derramamiento de sangre. La palabra más escuchada sobre el encuentro entre los dirigentes palestinos es "optimismo"; y con razón, a tenor de los resultados de la reunión que mantuvieron Netanyahu y Obama el pasado día 19.

En la entrevista, el nuevo inquilino de la Casa Blanca dejó claro que EEUU apoya la creación de un Estado palestino y pidió el fin de la ampliación de las colonias judías, en contraste con la perenne carta blanca a Israel de su antecesor, George W. Bush. Son justo las condiciones que exige la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para volver a la mesa de negociaciones.

Netanyahu se niega, no obstante, a aceptar el establecimiento de un Estado palestino, pese a tratarse de la fórmula que defiende la comunidad internacional para poner fin al largo conflicto de Oriente Próximo y que guió el último intento de diálogo, lanzado por Bush en noviembre de 2007 en Annapolis (EEUU).

"Ha habido un giro completo en el discurso de EEUU y vamos a aprovecharlo recalcando que, ahora, somos nosotros, los palestinos, los que representamos los intereses nacionales de EEUU y compartimos visión de futuro al promover una solución negociada", explicaron fuentes palestinas cercanas al diálogo de paz.

Por ello, "Abas aprovechará para lanzar ante Obama un claro desafío a Netanyahu: que explique abiertamente qué propone: mantener indefinidamente una situación de apartheid o aceptar la iniciativa árabe de paz", que plantea el reconocimiento de Israel por todo el mundo árabe a cambio del fin de la ocupación y la creación de un Estado palestino, precisaron.

El momento es clave, pues se espera que el presidente estadounidense anuncie la próxima semana en Egipto su política hacia Oriente Medio y sus ideas para cuestiones tan importantes como el proceso de paz palestino-israelí y el programa nuclear iraní.

El "caballero negro"

"Los países árabes apuestan por el caballero negro que rige la Casa Blanca para ganar el pulso a la derecha israelí, pese a ser conscientes de que los apoyos de Israel están enraizados en todos los departamentos donde se toman las decisiones en Estados Unidos", apunta el analista Talal Okal, en el diario "Al-Ayam", próximo a la ANP.

"Queremos un dónde y un cuándo, por lo que el presidente presionará para que haya un proceso con un calendario y objetivos claros que empiece donde acabó el anterior (Annapolis), sin tener que discutir de nuevo a dónde vamos", señala el responsable de comunicación de la Presidencia palestina, Mohamed Edwán.

Abas demandará a Obama que obligue a Israel a congelar la expansión de los asentamientos, como establece la Hoja de Ruta, el plan de paz presentado en 2003 por el Cuarteto de Madrid (formado por la ONU, EEUU, la UE y Rusia), agrega Edwán.

El propio Abas explicó el martes en Canadá, su etapa previa a EEUU, que la constante expansión de las colonias será "uno de los temas principales" que llevará a Washington.