La OEA no logró avanzar ayer en el proceso para levantar la suspensión de Cuba pero, a pesar de la falta de consenso, la sesión sirvió para que EEUU, por primera vez, pidiera al organismo que inicie un diálogo con ese país.

El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) escuchó ayer tres proyectos de resolución encaminados a revocar la resolución adoptada en una reunión de consulta de cancilleres en Punta del Este (Uruguay) hace 47 años, por la que se suspendió la participación de Cuba en el Sistema Interamericano.

El debate, el primero que se produjo oficialmente en el Consejo Permanente de la OEA desde entonces, hace casi medio siglo, comenzó sin que los países hubieran logrado un consenso previo, a pesar de que pasaron horas negociando.

En este contexto, la OEA decidió aplazar una decisión sobre los proyectos de resolución y estableció un grupo de trabajo para que trate de forjar un consenso antes de la XXXIX Asamblea General del 2 y 3 de junio en San Pedro Sula (Honduras).

El problema no es el levantamiento de la suspensión en sí, ya que sobre este punto existe un consenso entre los miembros, sino el lenguaje y el procedimiento de una medida tan importante.