El ex periodista Mauricio Funes asumió ayer como primer presidente de izquierdas en la historia de El Salvador con la promesa de que el cambio ha llegado, el anuncio del restablecimiento de relaciones con Cuba y acusaciones a los gobiernos anteriores de ser responsables la crisis que hereda.

Con la llamativa ausencia de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; Nicaragua, Daniel Ortega, y Bolivia, Evo Morales, en su discurso de investidura, Funes sumó ayer a El Salvador a la nómina de países latinoamericanos con gobiernos de izquierda.

Lo hizo tras cuatro lustros de gobierno ininterrumpido de la conservadora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y 17 años después de la firma de los acuerdos de paz que pusieron punto final a la guerra que desangró a este país de 5,7 millones de habitantes entre 1980 y 1992.

Ante los Príncipes de Asturias, una decena de presidentes latinoamericanos y representantes de 72 países, Funes, de 49 años, pronunció un discurso con guiños a los "ejemplos vigorosos" de los presidentes de Brasil, Da Silva, y de EEUU, Barack Obama, como tarjeta de presentación de lo que ha de ser su mandato.

Tampoco dejó pasar la oportunidad para anunciar el "inmediato" restablecimiento de los lazos diplomáticos con Cuba, medio siglo después de la ruptura de relaciones, una decisión que no por conocida dejó de desatar la ovación de los seguidores del partido de Funes, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

El que será presidente de El Salvador hasta 2014 prometió a renglón seguido efectuar "todos los esfuerzos para ampliar, fortalecer y renovar" la relación con EEUU -donde vive una comunidad de más de 2,5 millones de salvadoreños- ante la mirada de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton. La intervención de Funes estuvo no obstante muy enfocada en la política nacional.

"Sin resentimientos"

El presidente subrayó que el cambio en el país más pequeño de Centroamérica "comienza ahora" y llamó a construir una nueva nación "sin odio ni resentimiento".

No por ello, el candidato del FMLN, vencedor de los comicios presidenciales del 15 de marzo, dejó de responsabilizar a la "elite dirigente que estuvo hasta hoy en el poder" de la crítica situación económica que vive el país.

"Vamos a gobernar en medio de una crisis socioeconómica profunda, una de las más difíciles de nuestra historia", dijo Funes, que días atrás anunció que la proyección económica de este país para 2009 arroja una contracción de un punto porcentual. "Nosotros no tenemos el derecho de equivocarnos, repito, nosotros no tenemos el derecho de equivocarnos", subrayó ayer el nuevo presidente.

En su intervención hizo hincapié, además, en la necesidad de establecer un nuevo modelo en el país que elimine las desigualdades, prometió luchar contra la corrupción y advirtió del acecho de las "oscuras acciones" del narcotráfico y el crimen organizado.

"Queremos la reconstrucción social, la reconstrucción económica y la reconstrucción institucional de nuestra patria", subrayó el nuevo presidente salvadoreño, que medios locales cifran como el número 72 del país en un ejercicio poco menos que malabarista dado el convulso pasado de juntas militares, dictaduras y periodos democráticos en El Salvador.

Funes prometió en su discurso la creación de 100.000 puestos de trabajo en los próximos 18 meses, la puesta en marcha de un plan para la mejora de 25.000 viviendas urbanas y soluciones en ese terreno en municipios en condiciones de pobreza severa.

Además, manifestó su compromiso con los objetivos de resguardar empleos y generar nuevos puestos de trabajo, proteger a los sectores vulnerables de los efectos de esta crisis, implementar políticas de protección social y la puesta en marcha de un sistema de seguridad social universal.

"Después de muchos años, es nuestro turno y nuestra responsabilidad, el pueblo salvadoreño nos está mirando y nos juzgarán", indicó el nuevo presidente.