Las autoridades de Filipinas elevaron ayer a 14 las personas fallecidas a causa del tifón "Miranae", que la noche del sábado atravesó la región sur de la isla de Luzón y se adentró después en el Mar de China Meridional.

El Centro Nacional para la Coordinación de Desastres Naturales indicó que otras cuatro personas permanecen desaparecidas y que unas 7.200 casas fueros destruidas o resultaron dañadas, la mayoría en las provincias de Laguna y Quezon, al sur de Manila, la capital.

Según el portavoz de la agencia de prevención de desastres, coronel Ernesto Torres, la evacuación de 115.000 personas de aldeas costeras del sureste de Luzón a centros temporales de acogida evitó que el "Miranae" causase más muertes y desastres similares a los ocurridos al paso de los anteriores tifones.

Ante la llegada del "Miranae", el cuarto tifón en un mes, las autoridades filipinas ordenaron el viernes el cierre de colegios, suspendieron el servicio de transporte marítimo, acuartelaron el Ejército e hicieron acopio de alimentos.

Los anteriores tifones "Ketsana" y "Parma" causaron cerca de mil muertos, incluidos unos 200 por leptospirosis, una bacteria que se transmite a través del agua contaminada con orina de rata.

Los daños económicos por daños a infraestructuras, casas destruidas y cultivos arrasados superan los 38.000 millones de pesos (casi 800 millones de dólares ó 540 millones de euros).

Un tercer ciclón, "Lupit", se desvió la pasada semana hacia Taiwán, después de que las autoridades filipinas mantuvieran el estado de alerta durante varios días.