El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunciaron ayer una posición común para la cumbre sobre el Cambio Climático de Copenhague que plantea, entre otras medidas, la creación de una Organización Mundial del Medio Ambiente.

El documento que ambos llevarán a la capital danesa el mes próximo es "nuestra biblia climática", dijo el mandatario brasileño durante una rueda de prensa tras la reunión que ayer mantuvo con Sarkozy en el Palacio del Elíseo.

Los dos países suscriben en ese texto las conclusiones del informe del Grupo Intergubernamental sobre la Evolución del Clima (GIEC) y "apoyan el objetivo de limitación del incremento de la temperatura media mundial a dos grados centígrados por encima de los niveles pre-industriales".

Es un acuerdo con objetivos y compromisos concretos para frenar un fenómeno del que "todos somos víctimas", dijo Lula, antes de recordar que su Gobierno acaba de aprobar un ambicioso "compromiso voluntario" para contener el cambio climático y la deforestación de la Amazonía.

Su ministra de la Presidencia, Dilma Rousseff, explicó a la prensa los detalles de ese compromiso que, como medida principal, prevé reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero entre un 36,1 y un 38,9 por ciento hasta el 2020.

Es un ejemplo a seguir, según Sarkozy, quien aseguró que tanto Francia como Brasil sólo están dispuestos a que el resultado de Copenhague sea "ambicioso".