El fiscal general del Estado británico en los meses previos a la invasión de Irak, Peter Goldsmith, advirtió al Gobierno del ex primer ministro Tony Blair de las dudas legales que planteaba invadir ese país sin un mandato claro de la ONU. Goldsmith envió una carta al entonces ministro de Defensa, Geoff Hoon, en la que explicaba que, según el derecho internacional, sólo se podría justificar una guerra para derrocar a Sadam Husein si se demostraba que su régimen representaba "una amenaza inminente".

La misiva, enviada en marzo de 2002 -justo un año antes del inicio del conflicto-, fue dada a conocer ayer por la comisión independiente que investiga la guerra de Irak, coincidiendo con la comparecencia de Hoon, el primer miembro del Gobierno de Blair durante aquellos años que presta declaración ante esta instancia.

La comisión informó también de que ha tenido acceso a otros documentos secretos de Goldsmith, que comparecerá la semana que viene, en los que dejaba claro que albergó dudas sobre la justificación legal de la invasión hasta el último momento. De acuerdo con estos documentos, finalmente cedió y dio el visto bueno por la presión de los jefes militares, que insistían en que no podían lanzar el ataque sin un fundamento legal sólido.

Goldsmith expresó sus dudas a Hoon después de que el titular de Defensa dijera en una entrevista en televisión que el Reino Unido tenía el derecho a emplear la fuerza para cambiar el régimen iraquí sin necesidad de una nueva resolución de Naciones Unidas.

Según los extractos de la carta conocidos ayer, el ex fiscal escribió: "La claridad de su declaración y la autoridad con la que aparentemente la hizo me ponen en una posición difícil". "Veo dificultades considerables para conformarse con que la acción militar se justificaría en virtud del derecho a la defensa propia. En concreto, no estoy al tanto de la existencia de una amenaza inminente por parte de Irak del tipo que justificaría una acción militar", expresó Goldsmith.

Preguntado por estos documentos, Hoon rechazó que sus declaraciones en televisión condicionaran la opinión del ex fiscal y recordó que aunque Goldsmith expresara algunas dudas iniciales, fue "categórico" cuando sancionó la legalidad de la acción militar.

"Su decisión fue que era legal", subrayó el ex ministro, quien añadió que Goldsmith ofreció un juicio aparentemente tan carente de fisuras que prácticamente no hubo debate en el seno del Gobierno.

Hoon se manejó con soltura frente a los miembros de la comisión y se distanció de las reuniones y de las decisiones clave que condujeron al conflicto, como el encuentro en Texas en el verano previo a la guerra en el que supuestamente Blair se comprometió con el ex presidente George W. Bush a apoyar la invasión.

Posteriormente, Blair envió una serie de notas a Bush en las que le decía que, si no se lograba desarmar a Sadam por la vía diplomática, Reino Unido iba a "estar allí", en referencia a la opción militar para expulsarle del poder.

La diplomacia

Hoon dijo que no conoció entonces la existencia de esas comunicaciones y negó que existiera un compromiso incondicional de Londres con Washington, ya que se confió hasta el último momento en la vía diplomática, razón por la cual la decisión de invadir sólo se tomó de facto cuando fue aprobada por el Parlamento británico.

"Nunca asumí que estuviéramos en posición de recurrir incondicionalmente a una acción militar, de hecho, hasta la votación en la Cámara de los Comunes", afirmó.

Sobre el informe elaborado por los servicios de inteligencia para demostrar que Sadam Husein disponía de armas de destrucción masiva, Hoon señaló que cimentó una opinión sobre la que no tuvo ningún tipo de dudas en aquellos años, la de que Bagdad podía lanzar un ataque contra sus ciudadanos o sus vecinos con armas químicas y biológicas.

La única cosa que a Hoon le sorprendió del informe, que según algunas versiones fue exagerado por el Gobierno para justificar la necesidad de invadir el país asiático, fue "la advertencia de los 45 minutos", en referencia a la supuesta capacidad de las Fuerzas Armadas iraquíes de lanzar un ataque con armas de destrucción masiva en ese intervalo de tiempo.