Barack Obama y los republicanos intercambiaron hoy desacuerdos y algunas ideas en la cumbre sobre la reforma sanitaria convocada por la Casa Blanca y con la que el presidente de EEUU espera relanzar esa propuesta estancada.

En una sesión de seis horas en Blair House, frente a la Casa Blanca y retransmitida íntegramente por televisión, Obama instó a los legisladores presentes -22 demócratas y 20 republicanos- a centrarse en "las cosas en las que estamos de acuerdo" y a no caer en el "teatro político".

Pese al llamamiento del presidente estadounidense, ninguna de las partes se mostró muy inclinada a variar sus posiciones, en un debate cuyo resultado puede marcar un punto de inflexión en el mandato de Obama.

"Las diferencias fundamentales entre los presentes no se pueden obviar", afirmó el senador republicano John Kyl, que subrayó que "nos es muy difícil apoyar" algunos de los puntos principales de la reforma tal y como está concebida.

Obama, que en muchas ocasiones se mostró tenso y visiblemente molesto, declaró que "todos sabemos que es algo urgente y desgraciadamente el año pasado se ha convertido en una batalla demasiado ideológica, demasiado partidista, y creo que la política acabó por imponerse al sentido común".

Uno de los intercambios más cortantes en la sesión matutina se produjo entre el ex candidato presidencial republicano John McCain y el propio Obama.

El presidente apuntó al senador que "la campaña electoral ya se acabó". "Me lo recuerdan cada día", replicó McCain.

Durante una interrupción para almorzar, el presidente estadounidense declaró a los periodistas que el encuentro es "interesante": "estamos empezando a centrarnos en lo que son las verdaderas diferencias", opinó.

Según Obama, los republicanos cuentan con "un argumento filosófico legítimo" acerca del papel del Gobierno en la cobertura sanitaria.

El objetivo declarado de la reunión es dar un nuevo impulso al proceso de reforma sanitario.

Para conseguirlo, la Casa Blanca espera o bien alcanzar un acuerdo con los republicanos o bien -más probable, desde su punto de vista- poner en evidencia a una oposición de la que asegura que carece de propuestas alternativas.

Los republicanos acudieron al encuentro asegurando que se trataría de un mero "publirreportaje demócrata sufragado por el bolsillo del contribuyente".

El encuentro, en el que participan también el vicepresidente, Joe Biden, y la secretaria de Sanidad, Kathleen Sebelius, tenía un formato de cuatro sesiones, en las que se iban a abordar los diferentes aspectos de la reforma.

Los aspectos son el control de los costes, la reforma de los seguros médicos, la ampliación de la cobertura a los cerca de 30 millones de estadounidenses que carecen de ella y el recorte del déficit presupuestario.

La reforma sanitaria, la gran prioridad legislativa del presidente, se encuentra estancada en el Congreso desde que el pasado enero los demócratas perdieron la mayoría absoluta en el Senado.

Para intentar dar un nuevo impulso a esa iniciativa, Obama presentó el pasado lunes una nueva propuesta que combina los dos proyectos de ley que ya aprobaron las respectivas cámaras del Congreso, el Senado y la Cámara de Representantes, y que incluye límites a las subidas de las pólizas que las aseguradoras pueden imponer a sus clientes.

Los republicanos se oponen a la medida tal y como está prevista en ambos proyectos de ley y reclaman al presidente estadounidense que se comience la negociación desde cero.

Una de las posibilidades que ha cobrado fuerza entre las filas demócratas es el fusionar los dos proyectos de ley y aprobar la versión resultante mediante un procedimiento legislativo especial conocido como "conciliación".

Mediante ese procedimiento, los demócratas sólo necesitarían una mayoría simple en el Senado, 51 votos, para aprobar la medida.

La posibilidad de recurrir a ese procedimiento especial ha generado numerosas críticas de los republicanos, mientras que Obama hasta ahora no se ha pronunciado.

Estados Unidos es el único país industrializado que no proporciona un sistema de cobertura médica para todos sus ciudadanos.