Benedicto XVI expresó ayer su "profunda tristeza" por los asesinatos de varios cristianos en Irak en las últimas semanas y pidió a las autoridades de Bagdad que garanticen la seguridad a las minorías religiosas.

El Papa también pidió a la comunidad internacional que se "prodigue" para dar a los iraquíes "un futuro de reconciliación y de justicia".

El Pontífice hizo estas manifestaciones ante unas 50.000 personas, entre ellas representantes de las iglesia caldea y de otras iglesias de Oriente Medio: "He conocido con profunda tristeza las trágicas noticias de los recientes asesinatos de cristianos en la ciudad de Mosul y he seguido con viva preocupación otros episodios de violencia perpetrados en esa martirizada tierra iraquí contra personas inermes de diferentes religiones", denunció.

El Obispo de Roma, que reapareció ayer en público tras una semana retirado de ejercicios espirituales, agregó que en estos días ha rezado por las víctimas y por la paz y la restauración de la seguridad en ese país.

El Papa exhortó a las comunidades cristianas de Irak a "no cansarse de ser fermento del bien para la patria a la que pertenecéis a pleno título desde hace siglos".

Dirigiéndose a las autoridades de Bagdad, dijo: "En la delicada fase política que está atravesando el país, pido a las autoridades civiles que realicen todos los esfuerzos para garantizar la seguridad a la población, en particular a las minorías religiosas más vulnerables".