El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, anunciará hoy la demolición de una veintena de casas palestinas en la parte este de la ciudad, ocupada por Israel desde 1967, a la vez que propondrá legalizar edificaciones de palestinos y colonos judíos.

El anuncio está previsto para las 15.00 hora local (13.00 GMT) en una rueda de prensa en la que el regidor expondrá su programa para la creación de un parque arqueológico en el barrio de Siluán, a cuenta de las viviendas de sus residentes palestinos.

Según la Alcaldía, en la zona hay 88 edificaciones palestinas construidas de forma ilegal, de las que veinte deben ser irremediablemente demolidas para construir el parque, informa hoy la prensa local, mientras que las otras 66 será legalizadas.

A cambio del terreno que quedará libre el Consistorio ofrecerá a los damnificados construir edificios de hasta cuatro plantas en el otro extremo del barrio.

Fuentes municipales citadas por la edición electrónica del "Yediot Aharonot" aseguran que una parte de los vecinos respalda el proyecto aunque el abogado de éstos, Ziad Kawar, lo ha desmentido tajantemente.

"Ayer le entregué a Barkat una carta en la que le expresamos nuestra oposición. No hay un solo vecino que esté de acuerdo con la medida", declaró al diario.

Kawar explica que en las veinte viviendas residen unas cuarenta familias que tendrán que construir casas en otro lugar a un coste de unos 2 millones de shekels (unos 400.000 euros) y afirma que no disponen de ese dinero.

"Lo que Barkat les dice es destruir la casa e iros a otro lugar porque quiero levantar aquí el Parque Real, que tiene un simbolismo religioso, político e histórico... a un paso del Muro de las Lamentaciones y la Mezquita de Al Aksa", subraya sobre los dos lugares más sensibles en la zona por la carga religiosa que conllevan.

El sitio en cuestión es un proyecto que pretende recrear un parque bíblico que desde hace años despierta la indignación de los palestinos, al considerar que se trata de una nueva iniciativa para judaizar la ciudad santa.

La parte en la que será construido está además en territorio ocupado por Israel, en una zona de la ciudad que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) reclama como capital de su futuro estado.

La decisión arrastra además la legalización de varios inmuebles judíos incrustados como asentamientos dentro del barrio palestino, proceso con el que Barkat quiere disipar las críticas de la derecha nacionalista a la legalización de las sesenta viviendas palestinas.