Al menos doce personas murieron y más de 540 resultaron heridas en los enfrentamientos ocurridos ayer en Bangkok entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes que persiguen la caída del Gobierno de Tailandia.

Los enfrentamientos empezaron después de que el Ejecutivo diera a las fuerzas de seguridad la orden de recuperar el control de las zonas públicas de la capital, bajo control de los llamados "camisas rojas".

El Gobierno ordenó al Ejército y la Policía que desalojara del área comercial de la capital a los activistas, que se enfrentaron con palos de bambú, barras de hierro y bombas incendiarias contra los efectivos de las brigadas antidisturbios y los soldados.

En la "tierra de nadie" entre el casco viejo y donde acamparon el grueso de los opositores al Gobierno, los "camisas rojas" intentaron detener la carga de las tropas, apoyadas por vehículos blindados.

El Ministerio de Sanidad indicó en una nota que, de las 541 personas heridas, casi un centenar eran soldados y policías y el resto civiles, entre ellos un reportero gráfico de la agencia de noticias "Reuters", identificado como Hiroyuki Muramoto, que sufrió un balazo en el estómago y falleció después.

El periodista recibió el impacto cuando se encontraba cerca de la sede del Gobierno.

También otros siete civiles y cuatro soldados murieron en los enfrentamientos, según fuentes médicas y policiales.

Antes de la medianoche, el Ejército y la Policía recibieron la orden de retirarse de las zonas ocupadas de la capital tailandesa por los manifestantes y, poco después, el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, anunció que el Gobierno no iba a escatimar esfuerzos para normalizar la situación sin recurrir al empleo de la fuerza.

"Los soldados han parado la operación y, aunque las protestas continúan, no intervienen", dijo el jefe del Ejecutivo en televisión.