La UE y América Latina y el Caribe se comprometieron hoy en Madrid a trabajar por una "nueva arquitectura financiera" e intensificar la cooperación para resolver las consecuencias de la crisis mundial.

En su declaración final, la VI Cumbre UE-América Latina y Caribe acordaron consensuar medidas para "prevenir" este tipo de crisis, tener en cuenta los objetivos fijados por el G20 y otorgar "especial atención al impacto social y económico", principalmente en los países en desarrollo.

Los jefes de Estado o Gobierno expresaron su satisfacción por la creación en esta cumbre del Fondo de Inversión Latinoamericano y la Fundación UE-Latinoamérica y Caribe, y manifestaron su intención de crear en el futuro un Fondo Caribeño de Infraestructuras.

También citaron como logros la conclusión de un Acuerdo Comercial entre la UE, Colombia y Perú, el acuerdo entre la UE y Centroamérica, así como la asociación estratégica de la UE con Brasil y México y la asociación entre la UE y Chile para el Desarrollo y la Innovación.

Asimismo, destacaron la importancia que otorgan a las negociaciones UE-Mercosur, "recientemente reanudadas con vistas a alcanzar un acuerdo de Asociación ambicioso y equilibrado entre ambas regiones".

Los líderes europeos y latinoamericanos afirmaron que trabajaran por "la reforma de las instituciones financieras internacionales", para dar voz y voto a países en desarrollo.

Acordaron además "dar prioridad" a la cooperación "birregional y triangular" en materia de ciencia, tecnología e innovación, así como el desarrollo y aplicación de la Iniciativa conjunta UE-LAC para la Investigación e Innovación, adoptada en Madrid el pasado 14 de mayo.

También expresaron su compromiso para erradicar la pobreza y "alentar la incorporación de jóvenes a puestos de trabajo decentes, dignos y productivos", así como asegurar la educación y la formación profesional que responda a las necesidades del mercado laboral.

En la declaración, de 44 puntos, reiteraron su compromiso con la promoción del sistema multilateral y con la reforma de la ONU "para que pueda afrontar los muchos desafíos del nuevo milenio" y para mejorar "la representatividad, transparencia y eficacia" del sistema de Naciones Unidas, así como con los objetivos del Milenio.

Los 60 países reiteraron su apoyo al desarme nuclear y a la no proliferación, comprometiéndose a continuar sus esfuerzos para el éxito de la VIII Conferencia de Examen del Tratado sobre No Proliferación de Armas Nucleares.

Reafirmaron su compromiso con la lucha contra la impunidad y la eliminación de la discriminación contra la mujer, a la vez que rechazaron "las medidas de carácter unilateral con efecto extraterritorial", contrarias a la ley internacional.

Expresaron su intención de mejorar la eficacia de las políticas en materia de cooperación al desarrollo, así como "intensificar" su cooperación en la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado trasnacional, la corrupción, el trafico ilegal de armas y munición, de drogas, de personas, en especial niños, mujeres e inmigrantes.

"Rechazamos decididamente el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y reafirmamos que, cualquiera que sea su origen y motivación, no puede encontrar ninguna justificación", afirman los 60 países en su declaración, en la que se comprometen a combatir la financiación de ese tipo de organizaciones.

En materia comercial, se comprometieron a evitar el proteccionismo "en todas sus formas" y a coordinar los esfuerzos para conseguir "una ambiciosa, amplia, equilibrada y rápida conclusión" de la Ronda de Doha.

En cuanto a los recursos naturales, los 60 países afirman su intención de intercambiar experiencias en tecnología de biocombustibles, a la vez que en el ámbito del cambio climático reconocen su "interés común en mejorar la eficiencia energética" y en reducir el efecto invernadero.

Al expresar su compromiso con Haití, manifestaron su convencimiento de que el reciente terremoto brinda oportunidades para "reconstruirlo mejor" y alcanzar el progreso social y económico, a la vez que afirman su intención de reforzar la cooperación para prevenir y gestionar ese tipo de desastres naturales.

Los líderes latinoamericanos y europeos anunciaron en su declaración que la próxima cumbre biregional se celebrará en Chile en 2012, fecha en el que se deberá haber ejecutado el Plan de Acción acordado hoy en Madrid.