El Ejército israelí practicó ayer la ocupación de ciudades palestinas que se encuentran en el régimen autonómico de la ANP, según el comandante de la región militar, para el caso de que llegara a darse un nuevo conflicto armado en Cisjordania.

"La situación actual en Judea y Samaria (nombres bíblicos de Cisjordania) es de calma, pero nuestra misión como ejército es estar preparados para cualquier escenario por muy extremista que sea", explicó el general Avi Mizrahi sobre las maniobras.

La edición electrónica del diario Yediot Aharonot informa de que en el ejercicio tomaron parte grandes contingentes de fuerzas de infantería de la Brigada Kfir, tanques y helicópteros, y su objetivo fue verificar el grado de preparación y ampliar la funcionalidad conjunta de ese contingente, creado hace cuatro años.

El ejercicio se realizó en la base militar de Tzeelim, la más grande del Ejército israelí y donde hace unos años construyó las bases de una ciudad prototipo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para entrenar a sus fuerzas.

Según el diario, las fuerzas tuvieron la misión de "conquistar la ciudad" y "combatir a milicias armadas en medio de población civil".

La última vez que el Ejército israelí salió a una guerra contra los palestinos fue durante la "operación Plomo Fundido" en la franja de Gaza, en diciembre de 2008, en la que murieron 1.400 palestinos -la mayoría civiles- después de 22 días de intensa ofensiva militar por tierra, mar y aire.

La franja de Gaza está gobernada por el movimiento islamista Hamás, que repudia la existencia de Israel y cuyo brazo armado participó antes de la ofensiva en el lanzamiento de un centenar de cohetes contra el territorio israelí.

En Cisjordania gobierna el moderado presidente de la ANP Mahmud Abas, con el que Israel dice querer llegar a un acuerdo de paz y que en los últimos años ha conseguido restaurar el orden público y evitar los ataques contra blancos civiles y militares israelíes.

Israel y la ANP comenzaron a negociar ese acuerdo la semana pasada con la mediación del enviado de Estados Unidos, George Mitchell, que ayer tenía previsto llegar a la región para una nueva ronda de conversaciones.