La Fiscalía que investiga el escándalo protagonizado por la multimillonaria dueña de L''Oréal, Liliane Bettencourt, solicitó ayer al Consejo de Ministros autorización para tomar declaración al actual titular de Trabajo, Eric Woerth, salpicado por las declaraciones de algunos de los testigos.

Para que Woerth declare ante el Tribunal de Nanterre, cerca de París, la Fiscalía -que enviará hoy su petición- necesita el acuerdo del Consejo de Ministros, que puede examinar la petición en sus reuniones de los próximos 28 de julio o 3 de agosto, según informaron los medios galos.

El propio Woerth había declarado recientemente que la Policía le tomaría declaración "próximamente", tal y como él mismo dijo que había solicitado.

El interrogatorio se producirá como consecuencia de las declaraciones de algunos de los colaboradores de Bettencourt, que indican que el ministro pudo haber intervenido para que su mujer consiguiese un puesto en el gabinete de gestión de la fortuna de la anciana, según se ha ido filtrando a la prensa.

De momento, sólo son sospechas las que planean sobre el titular de Trabajo, protagonista también de la actualidad política, ya que es el encargado de sacar adelante la controvertida reforma del sistema de pensiones, uno de los proyectos prioritarios del presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Conflicto de intereses

Los investigadores tratarán de aclarar si hubo o no "conflicto de intereses" en la actuación de Woerth, entonces ministro de Presupuesto, en relación con el contrato de su esposa Florence.

"Me pidió que recibiera a su mujer", afirmó el consejero financiero de Bettencourt, Patrice de Maistre, en uno de los interrogatorios a los que fue sometido durante el tiempo que pasó bajo arresto la semana pasada.

En sus declaraciones a los investigadores de Maistre recordaba que "cuando la contraté (a Florence Woerth) su marido era ministro. Lo hice para satisfacerle".

El ministro siempre ha mantenido que "nunca favoreció" y nunca intervino en la carrera de su esposa quien, a raíz de este escándalo, abandonó a finales de junio su puesto en el equipo de asesores fiscales de la máxima accionista y heredera del imperio de cosméticos L''Oréal.

La propia Bettencourt, de 87 años, tendrá que dar respuesta a muchas cuestiones sin aclarar en este caso con ramificaciones políticas y financieras.