Irak vivió ayer una nueva jornada sangrienta que se saldó con 26 muertos y decenas de heridos por dos coches-bomba que estallaron en una carretera del sur del país y otro atentado explosivo en Bagdad contra una cadena de televisión.

El hecho más grave se registró en la vía que une las ciudades de Kerbala y Nayaf, en el sur del país, donde al menos veinte personas perecieron y otras 45 resultaron heridas al estallar dos vehículos cargados con explosivos.

Según argumentaron fuentes del Ministerio del Interior, las bombas estaban dirigidas contra peregrinos que se acercaban a un santuario de un barrio industrial del sur de Kerbala, uno de los principales centros de peregrinación para los chiíes, tanto iraquíes como de la vecina Irán.

Ese ataque fue perpetrado horas después de que, en Bagdad, un atentado contra la sede de la cadena de televisión Al Arabiya causó seis muertos y una veintena de heridos al estallar una potente bomba que llevaba un vehículo que logró burlar los controles de seguridad.