BP sufrió unas pérdidas multimillonarias en el segundo trimestre del año (17.000 millones de dólares o 13.000 millones de euros) a consecuencia de los gastos derivados del vertido de crudo en el Golfo de México, una catástrofe ecológica en la que la petrolera británica negó haber actuado con negligencia.

Se trata de uno de los peores resultados financieros de la historia empresarial del Reino Unido, que la petrolera atribuyó a los 32.200 millones de dólares (24.770 millones de euros) en costes derivados de la limpieza y las indemnizaciones por el vertido.

En un comunicado a la Bolsa de Londres, la compañía informó de que el futuro de la firma no está en peligro, pero anunció que venderá activos por valor de 30.000 millones de dólares (23.080 millones de euros) en los próximos 18 meses para compensar estas multimillonarias pérdidas en su cuenta de resultados.

De no haber sufrido el accidente de la Deepwater Horizon, BP hubiera tenido entre abril y junio unos beneficios antes de impuestos de 6.189 millones de dólares (4.755 millones de euros).

Sobre las consecuencias del vertido tras la explosión en abril de la plataforma petrolífera que costó la vida a 11 personas, BP informó de que se han presentado 127.400 reclamaciones en demanda de compensaciones económicas y que se ha hecho frente por el momento al pago de 243 millones de dólares (186 millones de euros).

La petrolera recordó que se renunció a pagar un dividendo a los accionistas en el primer trimestre del año y que tampoco se pagará ese dividendo en el segundo y tercer trimestre de 2010.

El consejo de administración considerará sobre futuros pagos de dividendos por acciones ordinarias en el año 2011 en el próximo mes de febrero, cuando se den a conocer los datos financieros correspondientes al periodo entre octubre y diciembre de este año.

"Esperamos haber pagado la mayoría sustancial de los costes derivados de la respuesta directa al vertido para finales de año", manifestó en el comunicado Tony Hayward, en la que posiblemente fue una de sus últimas declaraciones como consejero delegado de BP.

Hayward admitió no obstante que "probablemente, habrá que hacer frente a otros costes en los próximos años, incluidas algunas multas y penalizaciones, compensaciones y gastos judiciales".

Pese a la catástrofe del golfo de México, el consejero delegado saliente subrayó que "con el taponamiento del pozo hemos alcanzado un punto de retorno" y aseguró que el negocio de BP sigue siendo "sólido", lo que significa que la compañía "afronta con robustez sus responsabilidades para tratar la tragedia del vertido de crudo".

La petrolera confirmó el secreto a voces de que Hayward, objetivo de todas las críticas en la gestión del vertido, dejará la empresa el 1 de octubre y será sustituido por el estadounidense Bob Dudley, hasta ahora al cargo de las operaciones de limpieza en el Golfo.

El ejecutivo británico, de 53 años, se irá con una paga de un millón de libras (unos 1,1 millones de euros) y con el compromiso de ser nombrado director no ejecutivo de la compañía rusa TNK-BP, un negocio conjunto con la petrolera británica.

Hayward afirmó que el vertido es una tragedia terrible sobre la que siempre sentirá "una profunda responsabilidad" y consideró "correcto" que la empresa trate de superar lo ocurrido a partir de ahora con "una nueva fase y un nuevo liderazgo".

El presidente de BP, Carl-Henric Svanberg, destacó la labor de Hayward en sus tres años como consejero delegado y explicó que el cálculo de los costes derivados del vertido se hizo desde el convencimiento de que no se cometió una negligencia grave.

"Es un desastre y hay muchos costes asociados. Esta es la primera vez que ofrecemos un estimación, y esta estimación se basa en nuestra creencia de que no somos gravemente negligentes", dijo.

En declaraciones a la BBC, Svanberg señaló que se ha llegado a esta conclusión tras los informes elaborados por los servicios jurídicos de la empresa, que consideran poco probable que BP pueda ser objeto de querellas por un delito de negligencia en el futuro.