El presunto traficante de armas ruso Viktor Bout remitió hoy una carta de once páginas al primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, en la que asegura que su vida e integridad corren peligro si es extraditado a Estados Unidos.

El abogado del llamado "Mercader de la muerte", Lak Nitiwattanawichan, leyó a la prensa la misiva firmada por su cliente en la que solicita mayor protección y una reunión con el mandatario tailandés para hablar de la extradición, que calificó de injusta y contraria a las leyes internacionales.

Fuentes de la Casa del Gobierno tailandés confirmaron su recepción.

El Tribunal de Apelaciones de Tailandia aprobó el pasado día 21 la extradición de Bout a Estados Unidos para que sea juzgado por delitos de terrorismo, para lo que se dispone de un plazo de 90 días.

El traslado está pendiente de que primero se diriman en los tribunales tailandeses los cargos de fraude y lavado de dinero que Washington presentó en febrero contra el imputado.

Estados Unidos implica a Bout en operaciones para la venta a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de unos 800 misiles tierra-aire, 5.000 fusiles de asalto AK-47, explosivos C-4 y minas antipersona, entre otras armas valoradas en varios millones de dólares.

Bout también intentó adquirir una batería antiaérea y conspiró para asesinar a ciudadanos estadounidenses, según el FBI.

El primer ministro de Tailandia aseguró el domingo, en su programa semanal de televisión, la neutralidad del Ejecutivo en este proceso y hoy volvió a insistir en este sentido su ministro de Asuntos Exteriores, Kasit Piromya.

"Estados Unidos y Rusia no deberían presionar a Tailandia sobre la extradición de Bout. Somos imparciales. Lo que hacemos es aplicar nuestro sistema judicial. Ellos, países democráticos, deberían respetar nuestras leyes", manifestó el responsable de Exteriores tailandés.

El ciudadano ruso fue detenido en un lujoso hotel de Bangkok el 8 de marzo de 2008 en una operación de la Policía con asesoramiento de Estados Unidos.

Los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses sostienen que Bout dirigió durante años una de las mayores redes de contrabando de armas, formada por un entramado de empresas para las que trabajaban unas 300 personas y que operaban con unos 40 aviones, la mayor parte Antonov de fabricación rusa.

Bout, cuyo nombre aparece en numerosos informes de la ONU por transgredir sanciones internacionales y embargos de armas, ha sido acusado de hacer negocios con regímenes y grupos de África y Asia, con dictadores como el liberiano Charles Taylor y el libio Muamar al Gadafi; y organizaciones como los talibanes o Al Qaeda.